sábado, 28 de febrero de 2009

FERNANDO GARCÍA DE CORTAZAR HABLA SOBRE EL NACIONALISMO

el prestigioso historiador, en una entrevista exclusiva para diario ya, desmonta las falsedades del nacionalismo vasco con unas declaraciones muy reveladoras
F. García de Cortázar: "El País Vasco es el corazón de España"




Rafael Nieto. 25 de febrero.

Fernando García de Cortázar (Bilbao, 1942) es uno de los grandes historiadores españoles de nuestro tiempo, que ha sabido mezclar su rigor científico con una asombrosa capacidad de divulgación. Quizá porque, como nos confiesa, siempre ha querido mimar el lenguaje, la forma, lo que en conjunción con su esmerada formación jesuítica lo convierten en un auténtico líder del best seller historiográfico. Premio Nacional de Historia en 2008, actualmente dirige las fundaciones 2 de Mayo, Nación y Libertad, y Vocento, además de la revista de pensamiento El Noticiero de las Ideas. Nos recibe con toda amabilidad en su despacho, y hoy publicamos la primera parte de la entrevista que ha tenido el detalle de concedernos.

Usted siempre se ha caracterizado por dar a sus libros un enfoque global, completo, hablando no sólo de Historia, específicamente, sino también de cultura, de arte…¿A qué se debe esa inquietud tan particular?

Esa preocupación nace de mi formación, yo tengo una formación interdisciplinar, por mi condición de jesuita que insistía en los contenidos humanísticos, no sólo de griego y latín, sino tb de literatura, tuve unos magníficos profesores de literatura universal y española y de arte, y también la carrera de Filosofía y Letras. Luego también hice Derecho y Teología, es una formación interdisciplinar que me abre las puertas a distintas disciplinas. Siempre pensé que la Historia de España, aparte de dar expresión y manifestar lo que sería una construcción nacional de España en este caso, debía expresar también un sentido misionero de la Historia que también debía expresar el sentimiento de España. Y creo que la mejor forma para expresar el sentimiento de España era utilizar siempre el soporte literario, que se ajusta tb a mi deseo de hacer una obra bella, yo cuido mucho el lenguaje, las metáforas, el color, etc., y por eso me apoyaba en la literatura, en el arte, y además España tiene tal patrimonio literario y artístico que sería un fraude no dárselo a todos los españoles. Yo recuerdo esa frase, no recuerdo de quién es: “Haced vosotros las leyes, dejadme a mí cantar las baladas de mi nación”. Yo creo que en estos años ha habido pocos poetas de la nación española, el propio concepto de España, más allá de las manipulaciones de los nacionalistas y de una izquierda desorientada que pacta con ellos, no ha estado muy presente, entonces yo también he querido cantar las baladas de mi nación española, porque tengo un gran sentimiento de España, heredado también de mis padres.

En cambio, otros historiadores no lo han hecho, han preferido limitarse a contar la Historia de España o del mundo, haciendo incluso a veces compartimentos estancos que no tienen mucho sentido, porque al final todo está relacionado…

Yo entiendo que es difícil, perdón por lo que pueda parecer de vanidad por mi parte, hacer un tipo de historia que relaciona tanto, que se hace desde el presente, que trata de ser una obra bella, estética, yo entiendo que es mucho más fácil lanzarse tranquilamente a una erudición sin más, sin saber si interesa o no, yo suelo decir a veces que los historiadores muchas veces respondemos a preguntas que nadie nos hace, y en cambio quedan sin responder las preguntas que los ciudadanos se hacen. Yo he querido responder a las preguntas que la gente se hace, por eso creo que las instituciones académicas, la universidad y la propia academia, no está tocando el latido de la realidad y a veces da la sensación de que el destinatario de esas obras son los propios universitarios. Yo creo que no, la Historia es mucho más importante que eso, y debe saltar los propios muros de las instituciones académicas y de la Universidad, y buscar lo que los ciudadanos nos piden, el ciudadano de la calle. Suelo decir que la Historia es una magnífica asignatura de EpC, pienso que pocas disciplinas como ella están cargadas de principios cívicos y éticos, y expresan bien lo que podíamos llamar la utopía, no en un sentido real, como Campanella o Tomás Moro, sino en un sentido metafórico, de cambio, de mejora, de aspiración a algo mejor. En definitiva, qué es la Historia si no la aspiración a algo mejor, de supervivencia de las personas frente a los acontecimientos, algunos adversos, frente a la propia naturaleza, etc.

Quisiera saber su opinión acerca de eso que se han dado en llamar “mentiras de consenso” sobre los nacionalistas, ese proceso de renuncia que desde hace décadas está protagonizando España para tener contentos a los nacionalismos periféricos, ¿qué le parece esto?

Yo pienso que sí, yo suelo decir que me he podido equivocar, y ciertamente me he equivocado muchas veces en mi trayectoria vital, en mi vida, pero mis mayores equivocaciones no están en la interpretación del nacionalismo, que siempre tuve muy claro lo que era. Ya mucho antes de que distintos movimientos y personas fueran críticas con el nacionalismo, yo lo fui, publiqué un libro a principios de los ´90 muy crítico con el nacionalismo vasco. Pienso que el gran problema para la democracia nuestra actual era esta especie de religión secular que es el nacionalismo, que más allá de los derechos individuales de las personas pone su objetivo en los derechos de una pretendida patria común, nación, etc. Sí me ha llamado la atención la complacencia con la que se ha tratado a los nacionalistas, con la que se sigue tratando a los nacionalistas, me llama la atención porque así mismo creo que la Historia debe hacer balance, que es otra característica de mi historia. Hay un momento en el que yo reflexiono sobre los acontecimientos, sobre el pasado, con un sentido de adjudicar aciertos y errores desde mi punto de vista individual. Creo que hemos llevado al tribunal de la Historia al fascismo en sus distintas vertientes, también al estalinismo y al comunismo, en cambio no hemos llevado al tribunal de la Historia al nacionalismo que es tan responsable de tales horrores y tales desgracias, y que realmente golpea en este momento a una España integrada en Europa y parece un anacronismo tremendo pero que lo es; que yo tenga que llevar escolta policial por escribir, pues es tan injusto, y te hiere que esto esté pasando en el corazón de Europa, y está pasando porque hay una ideología nacionalista en su versión terrorista que trata de afirmarse a través del terror y la violencia. No hay que olvidar que en este momento en el corazón de Europa, se mata, se asesina por el pretendido derecho de autodeterminación. Yo creo que ha habido demasiada contemporización con estas ideologías que pueden estar en esa teoría de no airar a los nacionalistas, de no decirles las verdades del todo, para ver si colaboran con nosotros. Yo suelo decir que ellos tienen tan claro el objetivo, el problema es que al otro lado de la mesa no hay gente que crea en su idea de nación española, y por eso tienen tal exceso de publicidad, mucho más de lo que sus votos en el conjunto de la nación española les podían reportar.

Sería bueno que alguien de su prestigio pudiera explicar a nuestros lectores, de forma didáctica, cuál cree que es el origen de las mentiras sobre la patria vasca, por qué razones no es posible hablar de la existencia de una nación vasca como tal.

Se podrían dar muchísimas razones, se podría decir que la Historia es la gran partera de la nación, y realmente así se ha considerado. No es que existan historias nacionales porque hay naciones, sino al revés, existen naciones porque hay historias y acontecimientos nacionales. Por ejemplo, un acontecimiento nacional y estamos hablando desde la Fundación 2 de Mayo, es la Guerra de la Independencia, que es un acontecimiento nacional que va a precipitar la idea de nación. Entonces no podemos, hacer una nación vasca, porque la Historia por el contrario, dice exactamente lo contrario, jamás ha existido en buena parte del País Vasco hasta 1980, la puesta en marcha de la Comunidad Autónoma vasca y del Estatuto de Guernica, porque antes existían las provincias vascongadas, y cada uno con su itinerario, pero que no existía ninguna institución común que nos permita hablar de eso. Por otro lado, yo suelo decir que ciertamente, lo afirmo con rotundidad, no hay otra región en España que pueda reivindicar menos su capacidad de secesión o su independencia que el País Vasco. El País Vasco está en el corazón de Castilla, y es como la gran abuela de España: eso nos dice la Historia. Y por eso realmente, la capacidad de la manipulación de la Historia es más fuerte en el País Vasco que en otra regiones, incluso en la propia Cataluña donde también se da manipulación de la historia pero tienen muchísima más identidad nacional “la historia catalana” que la del País Vasco. El País Vasco no me canso de insistir, es el corazón de España. En Vizcaya en el año 60 es la provincia menos autóctona de España, en cambio en Badajoz el 92% de la población ha nacido allí. Una cosa es que electoralmente, en un momento determinado los vascos deciden un proyecto secesionista, pues habría que considerarlo, se podría considerar. Pero realmente la nación en el sentido que nosotros tenemos, de comunidad nacional basada en una historia común, en una lengua común, en determinados elementos comunes no existe nada en el País Vasco y llamativamente podríamos decir que en el País Vasco todo ha sido objeto de debate y confrontación entre los propios vascos. No coincidimos ni en el idioma, la gran mayoría de la población tiene como único idioma el castellano, sólo son unos pocos los que tienen el vascuence, no coincidimos ni en el nombre a la hora de llamarlo (yo siempre lo llamaría vascuence y no euskera), no coincidimos ni en los límites geográficos de lo que sería ese pretendida nación de los nacionalistas, unos incluyen Navarra y otros el País Vasco francés…no coincidimos ni en el himno ni en la bandera…Es decir, que es todo lo menos empastado y llamativamente nacional que existe. Porque realmente cuando los nacionalistas se les llena la boca con sus exigencias de una España plural, que me parece estupendo, y efectivamente desde 1978, es una España plural, lo que hay que recordarles es que es muchísimo más plural el País Vasco y Cataluña que lo que sería el gran conjunto de España. ¿Por qué es mucho más plural? Porque han tenido dos grandes oleadas migratorias, una a finales del XIX, y otra en los años 50 y 60 del franquismo, que en caso del País Vasco coinciden con dos grandes momentos o dos grandes gritos nacionalistas: el de Sabino Arana y el de ETA. Yo como no soy nacionalista pienso que las naciones no son un fenómeno natural, sino que es algo que se construye y realmente lo llamativo es que eso lo han sabido hacer los nacionalistas, y durante estos años ellos han aprovechado teóricamente los márgenes que han interpretado que les tenía que conceder la Constitución para ir construyendo su nación. Y tenemos declaraciones clarísimas en esta línea, “primero construyamos la nación y luego la independencia”, tanto en el caso de Arzallus como en el caso de Pujol. En cambio sorprende que durante estos años, el discurso nacional español es de una pobreza enorme, casi prácticamente está soterrado, es decir, se da por hecho, y no hay que darlo por hecho porque la nación es un plebiscito diario. La nación se construye diariamente y lo que se ha ido construyendo en las autonomías es una nación étnico-lingüística de los nacionalismos catalán, vasco y gallego, y en cambio no se ha hecho lo mismo con la idea de ciudadanía del campo español.

¿QUIÉN TIENE LA CULPA DE LA CRISIS?

¿Quién tiene la culpa de la crisis?
GABRIEL TORTELLA 28/02/2009
Diario El País.




Las recriminaciones se suceden: que si la culpa la tuvo Bush, que si la tuvieron los banqueros, que si los constructores, que si el Gobierno, que si la tuvimos todos por gastar tanto y no ahorrar, etc. Ha habido acusaciones para todos los gustos y no habría espacio aquí para examinarlas todas. A lo que quiero referirme ahora es a varios artículos aparecidos en estas páginas atribuyendo al sistema de mercado la responsabilidad y propugnando un reequilibrio en favor del sector público, es decir, recomendando que aumente la intervención del Estado en la economía para que no se vuelvan a producir catástrofes económicas del tamaño de la que estamos viviendo y sufriendo.


Es cierto que los mercados financieros puede ser inestables y necesitan regulación; pero también es cierto que esa regulación ya existe en todos los países desarrollados desde hace mucho tiempo. El control y regulación de los mercados corresponde a varios ministerios: el de Sanidad y Consumo, el de Industria, etc.; sobre los mercados financieros velan el de Hacienda y/o el de Economía, los bancos centrales y un número considerable de organismos especializados -en España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV); en Estados Unidos, la Securities and Exchange Commission (SEC), pero hay otros varios comités de vigilancia dependientes del Gobierno y del Congreso, además, por supuesto de la FED (la Reserva Federal, el banco central estadounidense)-. Ante esta maraña de organismos reguladores uno se pregunta si lo que falló fue el mercado o si más bien fallaron los encargados de corregir los fallos del mercado.

En Estados Unidos el anterior presidente de la FED, Alan Greenspan, ya ha entonado el mea culpa a raíz de unas informaciones periodísticas que detallaban cómo se negó a escuchar las numerosas advertencias de algunas agencias federales y de algunos legisladores (entre otros, John McCain) acerca de la irresponsabilidad con que se estaban financiando y comercializando las tristemente célebres hipotecas basura. Es verdad que la falta de rigor con que se concedían estas hipotecas se debía, en parte, a instrucciones del Gobierno de Bill Clinton, motivadas sin duda por el deseo de favorecer a las clases humildes; pero la Administración Bush no hizo nada por corregir esta política heredada. Otro fallo, esta vez de la SEC, permitió que la agencia de Madoff siguiera operando varios años después de que hubiera graves denuncias. Cosas parecidas habían ocurrido antes con Bear Stearns, con Lehman Brothers, etc. Fue gran responsabilidad de Greenspan el haber favorecido que un país con la bajísima tasa de ahorro que tiene Estados Unidos disfrutara largamente de bajísimos tipos de interés, algo que se podía permitir porque había países dispuestos a prestarle pese a la baja remuneración que los préstamos obtenían.

El principal prestamista de Estados Unidos era China. Se daba la escandalosa anomalía de que este país pobre (pese a su rápido crecimiento), con una renta por habitante de unos 1.800 euros, financiara masivamente al país más rico del mundo. Esto se debía a que de nuevo había aquí intervención estatal para evitar el normal funcionamiento de los mercados. Los chinos financiaban la orgía consumista y bélica de Estados Unidos para no revaluar su moneda, que hubiera sido la consecuencia lógica de su gigantesco superávit comercial. Para mantener a sus trabajadores ocupados, China tenía que vender a precios muy competitivos; invirtiendo en dólares su superávit, mantenía el yuan bajo y el dólar alto, con lo que su competitividad se sostenía. Así, bloqueando los mecanismos de mercado cuyas consecuencias les resultaban desagradables (reducción del consumo estatal y privado en Estados Unidos, amenaza al empleo industrial en China), los Gobiernos de ambos países estaban cebando una bomba que tarde o temprano tenía que estallar. La osadía de ciertos banqueros y agentes de Bolsa estadounidenses hicieron el resto.

Aunque a regañadientes, Europa se vio arrastrada al peligroso jueguecito: ante los bajos tipos de interés norteamericanos, el Banco Central Europeo no podía subir los suyos, para no elevar la cotización del euro, poniendo en peligro la competitividad de la industria. Cuando Jean-Claude Trichet se resistía a bajar los tipos se le criticaba acerbamente. Y así Europa también se deslizó por el vertiginoso tobogán de los bajos intereses. Con el Euríbor por los suelos todo el mundo podía comprarse una casita, e incluso un castillo en España. Y también aquí los órganos de intervención miraron para otro lado e hicieron gala de indulgencia benévola ante una euforia económica que prometía un gran éxito en las cercanas elecciones, pese a las advertencias en estas páginas (21-02-2004) del hoy gobernador del Banco de España.

Todo esto arroja serias dudas sobre la conveniencia de dar más poder a los políticos en el funcionamiento de los mercados. Y si volvemos la vista atrás e indagamos en las causas de la Gran Depresión de la década de 1930 también encontraremos políticos incompetentes y electoreros compartiendo la responsabilidad con banqueros y agentes desaprensivos.

La historia se repite, y los que menos la conocen son los que más la repiten.


Gabriel Tortella es catedrático emérito en la Universidad de Alcalá.

GEORGIA: SEIS MESES DESPUÉS.

Georgia: seis meses después
Saakashvili envió el pasado agosto su Ejército a Osetia del Sur. Ahora en su país crecen las críticas contra su autoritarismo y sus violaciones de los derechos humanos y el desánimo por la mala situación económica
ELENA GARCÍA GUITIÁN 28/02/2009




El 8 de febrero se cumplieron seis meses de la entrada del Ejército georgiano en Tskhinvali y en Tbilisi, la capital georgiana, sonaron campanas de boda real en la catedral. Un espectáculo que recogió en nuestro país la prensa del corazón, a pesar de que finalmente no contara con la asistencia de los príncipes de Asturias. La mirada al pasado, traducida en el fuerte resurgimiento del poder de la Iglesia y la propuesta de una restauración monárquica, podría ser para algunos un remedio a los males tan evidentes de la política partidista georgiana.

Un generalizado pesimismo invade hoy a los georgianos. La guerra de agosto y la repercusión de la crisis económica mundial han cortado de raíz sus expectativas, esa creencia en que algo iba cambiando para bien después de tantos años, primero de conflictos militares y políticos muy duros y posteriormente de estancamiento total. Ahora se encuentran con una espectacular caída del crecimiento económico, debida a la pérdida de valor de su moneda, el lari; la huida de inversores extranjeros, inversión que constituye hasta el 20% del PIB; el incremento del paro; la destrucción de infraestructuras, y la presencia de numerosos refugiados. Aunque eso no parece desanimar al presidente Saakashvili, que se muestra muy optimista al comparar sus cifras con las de otros países de su entorno. Por eso a la sensación de humillación y tristeza de los ciudadanos hay que unir una creciente desconfianza en la política.

¿Cómo han transcurrido estos últimos meses? La actividad política y diplomática en Tbilisi después del conflicto ha sido frenética. La conferencia de donantes celebrada en Bruselas el otoño pasado año reunió a más de 67 países que ofrecieron millones de euros para la reconstrucción. Los viajes solidarios de los distintos líderes mundiales se multiplicaron y los embajadores georgianos intensificaron sus contactos para conseguir apoyos en todos los países.

A pesar de ello, la candidatura de Georgia para integrar la OTAN fue pospuesta indefinidamente hasta que se dieran las condiciones adecuadas, y muchos países que en un principio habían condenado sin paliativos a Rusia matizaron su discurso, no sólo considerando sus intereses económicos (energéticos) con Rusia, sino después de tener más datos sobre el conflicto, marcando distancias respecto al comportamiento del presidente georgiano.

No ha sido éste el caso de Estados Unidos, que el 9 de enero de este año firmó con Georgia un tratado bilateral de cooperación militar, comercial y energética -en el que se compromete a ayudar a su integración en la OTAN y otras instituciones- parecido al acordado en diciembre con Ucrania. Esa firma, realizada justo antes del cambio en la presidencia estadounidense, ha sido interpretada como un intento de crear un compromiso que condicione la futura política de Obama, de quien, a diferencia de lo que sucedía con Bush, el Gobierno georgiano no sabe qué puede esperar. Respecto al acuerdo, lo que quizás más sobresalto ha creado ha sido la declaración del presidente georgiano en el momento de la firma, recogida por la prensa internacional, en la que se refería al hecho de que, gracias al acuerdo, Georgia se haría más fuerte y sería capaz de seguir el camino para restaurar su integridad territorial.

Por su parte, Rusia se ha mostrado reticente a cumplir los acuerdos de paz. Permitió que los paramilitares acosaran y expulsaran a los osetios de origen georgiano, lo que, unido a los desplazados durante las acciones bélicas, ha dejado más de 25.000 refugiados en Georgia. Ha bloqueado la extensión del mandato de la OSCE dentro de los territorios en conflicto y sigue pidiendo adhesiones para reconocer la independencia de Osetia del Sur y Abjazia, y exigiendo su presencia en los foros internacionales, como las rondas de conversaciones en Ginebra. Además, todavía ocupa posiciones en territorio georgiano no disputado.

Dentro de Georgia, también ha habido muchos cambios. La comisión parlamentaria que se creó el 26 de septiembre para investigar las circunstancias en las que se había iniciado la ofensiva georgiana concluyó que toda la responsabilidad por lo sucedido recaía únicamente en Rusia, que había planeado y provocado la guerra, sin dejar otra salida a los georgianos más que la respuesta armada. Exoneraba así de toda responsabilidad a Saakashvili, aunque no al Consejo de Seguridad Nacional, debido a su incapacidad para prever la reacción rusa, ni al Ejército georgiano, acusado de mal funcionamiento en la campaña y cuyos responsables fueron destituidos. No obstante, algunas de las declaraciones individuales de políticos y funcionarios durante el procedimiento, por lo menos arrojaron dudas sobre la versión oficial.

También se realizaron cambios en el Gobierno, con relevos en las carteras de Educación, Defensa y Exteriores, pero que al final supusieron algo parecido a lo que ha sucedido durante los cuatro reajustes que Saakashvili ha realizado en un año: mera sustitución de unos ministros por otros, salidos en su mayoría de un círculo cercano a un presidente que exige sobre todo lealtad a su persona y que controla todas las decisiones.

El hecho de que uno de los objetivos declarados de Rusia fuera hacer caer al presidente, propició inicialmente el cierre de filas de los georgianos en torno a su líder. A pesar de ello, pronto aparecieron las primeras críticas, no sólo de la oposición sino también de políticos que habían ocupado cargos afines al Gobierno, y estas críticas se han ido sucediendo a lo largo de estos meses. Pero más que centrarse en la decisión de Saakashvili de enviar el Ejército a Osetia del Sur, el argumento que esgrimen es su autoritarismo en el ejercicio del poder. Se critica su estilo de liderazgo considerándolo no democrático, dado su control de los medios y el poder judicial. El Defensor del Pueblo, Sozar Subari, por ejemplo, ha denunciado abusos de derechos humanos justificados por la necesidad de construir un Estado fuerte. La antigua portavoz del Parlamento, Nino Burjanadze, exigió reformas electorales y ha creado un partido de oposición, como también se han convertido en opositores el anterior primer ministro, Zurab Noghaideli, o el antiguo embajador ante la ONU, Irakli Alazania, que últimamente es el que está adquiriendo más protagonismo.

Pero mientras el presidente sigue vendiendo de forma vehemente sus objetivos en todos los foros internacionales, incluso la posibilidad de liberar los territorios de Abjazia y Osetia del Sur "antes de lo que la gente cree", y defiende sus credenciales como defensor de la democracia en el Cáucaso, su país ha experimentado una fuerte caída en los indicadores internacionales de democracia. La falta de institucionalización del sistema lo acerca más al modelo ruso que a otros, dada la concentración de poder en el Ejecutivo y el control que ejerce sobre los medios de comunicación, acentuado por el cierre del canal de TV opositor IMEDI. Su acumulación de poder, justificada por la necesidad de crear un Estado más funcional, ha dado lugar a un sistema paternalista de tendencias autoritarias, en el que no hay un equilibrio de poderes. Y a esto hay que sumar el hecho de que la sociedad civil activa está impulsada desde el exterior y depende de la financiación internacional, sin que realmente funcione como correa de transmisión de demandas o espacio de movilización de la población georgiana, que sólo parece implicarse en acciones de protesta esporádicas. Ello explica que Georgia haya dejado de ser considerada un Estado democrático en algunos índices internacionales que evalúan la calidad de las democracias.

Se acerca la primavera, época propicia para las protestas, y en una crisis económica brutal, los Gobiernos de corte autoritario pueden sentir tentaciones de recuperar el pulso perdido intentando solucionar viejas afrentas. Y no ha acabado el que para muchos analistas fue el primer conflicto de un mundo multipolar, que puso de relieve la impotencia de Estados Unidos y la división de Europa, y marcó la recuperación del potencial de Rusia, olvidado en parte por la violencia de la posterior entrada en Gaza de los israelíes.

Lo que la tozuda realidad nos obliga a tener bien presente es que las soluciones militares no suelen ser efectivas en este tipo de conflictos y cuando los sistemas políticos democráticos se apuntan a ellas, siempre acaban desvalorizando los principios que pretenden defender.


Elena García Guitián es profesora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid.

viernes, 27 de febrero de 2009

ECLIPSE DE LA DEMOCRACIA.



Eclipse de la democracia
ANTONIO ELORZA 27/02/2009
Diario El País.


Tanto en el caso de la Roma clásica como en las ciudades-república de la Italia medieval, el factor que provocó la degeneración de las instituciones republicanas fue la conversión de magistraturas sometidas a límites temporales muy estrictos en magistraturas ejercidas indefinidamente, incluso de modo vitalicio. El armazón institucional permanecía; su contenido pasaba a ser un poder personal. No es casual que fuera la extensión de la "dictadura", en principio semestral, por Sila y por César, lo que diera lugar tanto al cambio semántico como a la naturaleza de los nuevos regímenes centrados en el ejercicio individual del poder. El tránsito de las repúblicas urbanas a las señorías en el siglo XIII, con la entrada en escena del signore permanente, en otro marco histórico, reproduce la deriva autoritaria.


Porque ese señor permanente, aun cuando subsistan las instituciones democráticas, dispondrá de los medios para someter el funcionamiento de las mismas a su voluntad, desfigurándolas. Es lo que convierte en extremadamente peligroso el resultado del referéndum ganado por Hugo Chávez. Sus turiferarios recuerdan que las futuras elecciones siguen ahí y que él se ha impuesto en un proceso democrático. Pero eso significa olvidar que el episodio se sitúa en el marco de un proyecto de poder personal archiproclamado por el propio líder venezolano, una revolución "socialista" ya confirmada a su juicio hasta el año 2019, y que parte de la formulación torticera creada para eliminar el precedente resultado desfavorable del referéndum de 2007. Es decir, si un resultado no le conviene a Chávez, se repetirá la consulta hasta que gane y se estreche cada vez más el cerco a la libertad. Curioso respeto a la democracia.

El caos de su política económica no le preocupa. Le basta con declarar la bondad del proyecto populista radical, personificado en él y ennoblecido con la etiqueta de socialismo, y con denostar y aplastar progresivamente a los opositores. El gorila ilustrado que nos describe Enrique Krauze en El poder y el delirio exhibe aquí esa primera condición. Sabe que mientras se sostenga la política asistencial en vigor, y domine en los medios, podrá seguir adelante hasta la eliminación del pluralismo. Conviene recordar que la construcción del totalitarismo fascista no fue en su primer modelo, el italiano, el resultado de un vuelco súbito sino el resultado de un largo proceso de eliminación de libertades e instituciones representativas que, según Emilio Gentile, llega a los años 30. Chávez sigue esa vía hacia su encuentro con el papel soñado de nuevo Fidel Castro que ahora guía a todo un continente.

La cuestión es entonces qué hacer desde planteamientos democráticos cuando la democracia es arruinada de modo irreversible. Pensaba en ello cuando esta misma semana presenté la primera edición española por B. Pendás del clásico de la oposición al poder despótico, el Vyndiciae contra tyrannos: el ejercicio del derecho de resistencia recupera su necesidad.

Hace unos años, el último residuo dictatorial era el castrismo. Ahora su precaria supervivencia resulta garantizada por la tutela chavista, y se perfilan otras sombras, además justificadas por el carácter oligárquico de los regímenes democráticos que parecieron asentarse en el último cuarto del siglo XX. Si hoy Evo Morales, con su nueva Constitución, parte en dos la nación boliviana haciéndola recaer sobre la mayoría indígena y marginando a los criollos, vistos como herederos de la opresión colonial, hasta su llegada al Gobierno y durante dos siglos la jerarquía de poder fue la inversa. En otras circunstancias, la exigencia de cambio resultaba asimismo bien explicable en Ecuador. Pero eso no exime del riesgo de autoritarismo que también despunta en Nicaragua, con Daniel Ortega en busca de su perpetuación como presidente, conjugando el fraude electoral (municipales de 2008), las políticas asistenciales y la persecución del aborto.

Frente a las conmociones externas, Javier Pradera habló alguna vez de "la Europa-balneario". Desde el ángulo de la democracia, eso parecía gracias a las transformaciones políticas del último cuarto del novecientos: caída de las dictaduras en la Europa del sur, desplome del totalitarismo comunista. Las expectativas favorables empezaron a nublarse con el nuevo autoritarismo de Putin, otro que busca perpetuarse. Ahora el riesgo de un eclipse de la democracia reaparece en Italia. La resistible ascensión de Silvio Berlusconi ha culminado en una situación radicalmente nueva: la perversión del sistema democrático por su subordinación a una trama de poder que destruye el espíritu de las instituciones, consagra la corrupción hecha Gobierno y sume en la impotencia a la oposición. Todo ello logrado merced a la hegemonía del poder de los medios controlados por un líder, atento sólo al dominio del mercado político y carente de escrúpulos. En el trágico episodio de la muerte de Eluana, no le importó al ateo Berlusconi aliarse con el clericalismo vaticano. Sólo el fallecimiento de la joven evitó que de paso lograra la autorización para gobernar a voluntad con decretos-leyes saltándose el Parlamento con la excusa de la urgencia. Dejó claro que en Italia, por encima de su pésima gestión económica, el poder es todo suyo. Las elecciones en Cerdeña le han dado la razón y consagrado el hundimiento de la izquierda. Las formas democráticas perviven.


Antonio Elorza es catedrático de Ciencia Política.

PETICIÓN DE PERDÓN DE MONSEÑOR WILLIAMSON.

ZS09022601 - 26-02-2009
Permalink: http://www.zenit.org/article-30331?l=spanish

Petición de perdón de monseñor Williamson a víctimas del Holocausto y la Iglesia


Declaración emitida este jueves




LONDRES, jueves 26 febrero 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración emitida este jueves por el obispo Richard Williamson, de la Fraternidad de San Pío X, con la que pide perdón a la Iglesia y a las víctimas y sus familiares del Holocausto, por el daño causado por sus declaraciones.

* * *



El Santo Padre y mi superior, el obispo Bernard Fellay, han pedido que reconsidere las declaraciones que hice en un canal de televisión de Suecia hace cuatro meses, pues sus consecuencias han sido muy fuertes.

Observando estas consecuencias, puedo decir verdaderamente que lamento el haber hecho estas declaraciones, y que si hubiera sabido con antelación todo el daño y las heridas que han provocado, especialmente a la Iglesia, pero también a los supervivientes y seres queridos de las víctimas de injusticia bajo el Tercer Reich, no las hubiera hecho.

En la televisión sueca sólo di una opinión ("Creo que...", "Creo que...") de una persona que no es historiador, una opinión formada hace veinte años en virtud de los datos que entonces estaban disponibles, y que desde entonces había expresado raramente en público. De todos modos, los eventos de las últimas semanas y el consejo de miembros de la Fraternidad de San Pío X me han persuadido de mi responsabilidad por tanta angustia causada. A todas las almas que quedaron honestamente escandalizadas por lo que dije, ante Dios, les pido perdón.

Como dijo el Santo Padre, todo acto de injusta violencia contra un hombre hiere a todo el género humano.

+Richard Williamson,

Londres, 26 de febrero de 2009

Traducción del inglés realizada por Jesús Colina

ENTREVISTA A FERNANDO GARCÍA DE CORTÁZAR


"Es a partir del siglo XIX cuando podemos hablar de nación española"

Diario Ya
Entrevista al historiador Fernando García de Cortázar
26/02/09


Rafael Nieto

Después de su dura crítica a los nacionalismos, nuestra entrevista con el historiador Fernando García de Cortázar discurre por otros importantes vericuetos: el origen de la nación española, el valor del levantamiento popular de 1808 y la preocupante desconsideración con que los sistemas educativos autonómicos tratan la Historia de España.

Hablemos de la Guerra de la Independencia, un acontecimiento que ha dado lugar a una polémica historiográfica sobre dónde debemos situar, cronológicamente hablando, el nacimiento de la nación española. Hay historiadores que tienen claro que España nace como nación en la época de los Reyes Católicos, incluso algunos que llevan ese comienzo hasta Recaredo, ¿cuál es su posición al respecto?

Ah, no, yo soy rotundo en eso, yo creo que es a partir del siglo XIX cuando podemos hablar de nación española. No quita, y esto que quede bien claro, para decir y afirmar que a partir de los Reyes Católicos existe, como pionero en Europa, un estado moderno que se va a ir cohesionando poco a poco, pero el sentido nacional que implica emoción, sentimiento, etc., yo creo que es ciertamente un fenómeno de finales del XVIII y concretamente en España, del XIX. Es decir, es en la Revolución Francesa cuando se grita: “¡Vive la nation!”, ¡viva la nación!, entonces este concepto nacional, que es un concepto revolucionario frente a una sociedad absolutista, es la nación la que me da derechos no mi condición de clero, o de aristocracia, o de tercer estado, eso es radicalmente moderno y eso no se puede poner, yo entiendo, en el siglo XVIII. Lo que sí quiero decir es que esta nación nuestra, que en buena medida afirma sus raíces en la Historia, no puede olvidar que efectivamente somos hijos de Roma, somos hijos de los godos, somos menos hijos de los árabes (en eso habría que insistir…, nos han dejado muchísimas menos cosas que las que nos dejó Roma) y que eso también pertenece a la historia de la nación española. Por tanto, podemos hablar de España, de un Estado que se va a cohesionar a partir de los Reyes Católicos con grandes manifestaciones de esa cohesión y de esa centralización a partir del siglo XVIII con los Borbones, la nueva dinastía que se instaura en España después de los Habsburgo, pero pienso que la idea de nación sólo se puede hablar después de Napoleón, y esto para mí no tiene ninguna duda desde el punto de vista de la ciencia política. Otra cosa es que la idea de nación, que a veces se utiliza en otro sentido, tenía más que ver con el “terruño”, con la patria chica. Otra cosa es que ya existen manifestaciones de lo que va a ser la nación, eso es clarísimo, no se inventa en Cádiz, lógicamente; el hecho de que haya una guerra de la independencia está demostrando ya el carácter proto-nacional de España, cosa que no ocurre ni en Alemania ni en ningún otro sitio. Napoleón se dio cuenta de que esto era distinto…, aquí ya había un empaste, una cohesión, que sería una cohesión nacional. Desde la época de los ilustrados se hace ese trasvase, y se habla de un patriotismo de la nación, de lo que sería el Estado, no de un patriotismo de la patria pequeña, del terruño. Para mí eso no admite duda.

En cuanto al levantamiento popular que se produjo el 2 de mayo de 1808, también es un asunto controvertido, ya que algunos autores hablan de un movimiento generalizado, mientras que otros son más específicos al hablar de clases sociales y personajes representativos de un tipo muy concreto de ciudadanos, ¿qué piensa al respecto?

Yo creo que tiene bastante de espontáneo y de popular. Claro, nunca se puede dar químicamente puro, tenía que haber una cierta dirección del movimiento, pero yo entiendo que es un movimiento de clases populares y de clases medias, de clases medias militares, no son altos mandos sino capitanes los que se levantan, y en eso habría que insistir, porque las instituciones estaban amparando a los franceses, y amordazadas por ellos. Yo entiendo que sí, y aunque sea como metáfora sirve. Y de hecho, el carácter proto-nacional de la guerra se ve claramente en el hecho de la guerrilla, que es un fenómeno importantísimo, numerosísimo, y tenemos multitud de datos, incluso de los observadores franceses que decían que cada vez había más guerrilleros. Esa guerrilla no se podía haber mantenido sin el apoyo popular. Curiosamente, un lugar donde tomó una fuerza especial la guerrilla fue en el País Vasco, y es en el País Vasco donde menos se está celebrando el bicentenario de la Guerra de la Independencia, así como en Cataluña. Una de las gestas de la Guerra de la Independencia es la Batalla de Vitoria, a la que puso música Beethoven, y en cambio el Gobierno vasco no tiene ningún interés en celebrar esto hecho que, en buena medida, refuta toda su teoría nacionalista. Realmente, estaba ya refutada por el propio Sabino Arana que, en un momento, cuando se pone a escribir dice: “Cuando me pongo a escribir de mi pueblo, me echo a temblar”, porque nada de lo que hicieron viene a apoyar su proyecto independentista. Él era consciente de que todo lo que habían hecho los vizcaínos no colaboraba con su idea de separación, de enfrentamiento a Castilla, todo lo contrario. Si Vd. ve las cartas de Elcano, él firmaba como “un castellano de Guipúzcoa”.


¿Qué importancia tiene el conocimiento de la Historia, de España y Universal, en este momento de la sociedad mundial en que parece que el conocimiento ha perdido todo valor por culpa del relativismo?


Me parece un ejercicio de sano relativismo, y subrayo lo de “sano”, porque hay un relativismo malsano, enfermo y morboso, de poner lo absoluto en lo que es absoluto y lo relativo en lo que es relativo. El interés por la Historia es global, pero donde más se manipula la Historia es, sin duda, aquí en España. Está muy presente la Historia porque el presenta la manipula, es una Historia manipulada. No deja de sorprender que en algunos estatutos ya consagrados se aluda a situaciones de la Edad Media, cuando la Constitución no tiene que ver nada con la Edad Media, también tienen que ver con la nación, que es la que genera los derechos. Si realmente se ha hecho famosa en España la expresión de los “derechos históricos”, que a mí me sobrecoge, es inexplicable porque la Historia no da derechos, lo que da derechos son las constituciones que los españoles concretos, de una época determinada, nos tratamos de dar. Si la Historia diera derechos, serían los derechos de los muertos sobre los vivos. ¿Qué derechos tienen los muertos, el pasado, para influir en mi presente? Estas ideas se nos cuelan sin aduana, y después cuesta desmontarlas y la gente las utiliza como una especie de latiguillos. Lo que da los derechos somos nosotros a través de los mecanismos constitucionales, pero eso hace que nosotros busquemos derechos para una situación concreta en la Historia, y en situaciones que no tienen que ver nada con la Historia. Pretender que el País Vasco tiene unos derechos, o Cataluña, y se hace una extrapolación en el caso catalán de derechos que tenían algunas minorías en un momento determinado de la Historia para trasvasarlas a un colectivo amplio y numeroso, me parece una barbaridad. En el resto de Europa no se da esa diferencia. Por otro lado, hay una frase que escribió Ortega: “Los nacionalistas y los tradicionalistas (no hay que olvidar que los nacionalistas son una tradición de esta gran familia tradicionalista) no ama verdaderamente el pasado, porque lo que quieren es que el pasado sea presente, hay que amar el pasado pero dejándolo en el pasado”. Ahora está ocurriendo mucho eso, tratan de hacer revivir el pasado, convenientemente maquillado y manipulado, y siempre para obtener ventajas para la separación y la diferencia. El problema no es sólo la corrupción de la Historia, es también la corrupción del lenguaje, el reblandecimiento del cerebro, y como digo, esta gran manipulación del léxico al que asistimos en cuarenta mil manifestaciones. El diálogo se convierte en negociación, la idea de los derechos individuales está aplastada frente a los colectivos, no digamos del idioma…, no puede ser mi idioma si yo no lo hablo. Nunca podemos decir que el vascuence es el idioma de los actuales ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca cuando no lo hablan. Qué idioma tan llamativo que no es tu propio idioma. Por tanto, son mecanismos que están muy presentes en la sociedad, porque la capacidad de contaminación de los nacionalismos ha sido muy fuerte, y además protegidos por una izquierda, y por unos intelectuales, que no han sabido poner las cosas en su sitio, y no se han dado cuenta de la capacidad destructora que tienen de la idea de libertad. Yo creo que los nacionalismos no hubieran tenido un gran recorrido en España si no los hubiera apoyado una izquierda totalmente desorientada que ha perdido muchas señas de identidad desde 1989, tras la caída del muro de Berlín, y que trata de no perder comba adoptando nombres y emblemas y liturgias nacionalistas.

Quisiera preguntarle también por el hecho, inexplicable, de que treinta y tantos años después de la muerte de Franco, el anterior Jefe de Estado siga estando en la actualidad diaria, es decir, ¿qué explicación tiene que ese hecho no está ya superado por la sociedad española?

Primero, creo que lo que existe es una falta radical de cultura política y de actitudes políticas, y el franquismo lo están alargando sus principales detractores. Y los grandes beneficiados de esto siempre son los nacionalistas, sobre todo los beneficiados de los dos grandes partidos que deberían tener una gran idea nacional y cuidar muchísimo más sus expresiones. ¿Por qué yo no puedo decir “soy español” sin que se me asigne a mi condición de español una de las corrientes antidemocráticas, tradicionalistas, y no a una idea liberal de España, como hay multitud de ideas que han podido ser así? Ese es el triunfo del nacionalismo, y cuando lo hacen Izquierda Unida y el PSOE deberían saber eso. Los nacionalistas han conseguido que en el imaginario de muchos españoles, o de algunos españoles, y que les sale espontáneamente, la idea de España sea no la idea que pueden tener, la gran ilustración, o el gran pensamiento de Francisco de Vitoria, o de Suárez, o de los grandes creadores del Derecho Internacional, o del reformismo liberal, etc., sino que es la Inquisición, la Dictadura de Primo de Rivera y Franco. Me parece una barbaridad, y en el fondo, digamos la cosa claramente: es falta de cultura, no haber leído a los clásicos españoles, no haber leído la Historia, y teniéndolo mucho más cerca, la gran Generación del ´98 que se duele de España, lo hace no inflando el pecho ni con el brazo en alto, sino con ese dolor que ojala tuvieran respecto de sus regiones los nacionalistas. Pero como no existe ninguna autocrítica ni ese voluntarismo, sino que todo es construir cada día su nación, nos llamarán franquistas, nos llamarán lo que sea, porque todo contribuye a esa idea de que como España es el gran enemigo de los nacionalistas, la forma de ejemplarizar a ese gran enemigo es con esa referencia histórica completamente absurda que es llamar franquista a los que creemos en ella.

No quisiera terminar esta entrevista con usted sin preguntarle por su último libro.

Se titula “Breve historia de la cultura en España”, porque yo siempre he tenido esa vocación literaria y cultural, he tenido esa preocupación presente en todos mis libros por lo literario, por lo cultural, y en este libro he tratado de plasmar lo que hay que saber de la cultura en España. Yo mismo la he ido convirtiendo, por mi interés literario, y mi deseo de montar un discurso bello, bonito, más allá de nombres, intenté hacer pasar esta cultura por 22 ciudades españolas. Por tanto es una mezcla de breviario cultural, con los nombres que son importantes en la cultura literaria, plástica, pictórica, arquitectónica, del pensamiento filosófico y religioso, y al mismo tiempo una guía de viajes para seguir amando las ciudades españolas, que también son la gran palanca de la Historia. A mí me llamó la atención una vez que dando una conferencia a catedráticos de instituto, yo cité a Gracián, y uno de los catedráticos me dijo al terminar que Gracián ya no estaba en el bachillerato, es decir, los alumnos no saben quién es Gracián. Me dolió tanto que pensé que con mi libro, que tiene una vocación de popularidad y de gran divulgación, van a saber quién es Gracián. Y sorprende que Gracián, en el año 2006 o 2007, no es conocido en España, y ha sido best seller dos años antes en Estados Unidos.



Analisis Digital
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lunes, 23 de febrero de 2009

LOS PLANES DE OBAMA.



Los planes de Obama
Por Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada en la UAB (EL PERIÓDICO, 22/02/09):


El Congreso americano ha dado luz verde al paquete económico propuesto por el presidente Obama. Y, aunque es de suma importancia, las medidas adoptadas por la nueva Administración de EEUU van mucho más allá del impulso de la actividad a corto plazo: intentan abordar los distintos problemas a los que se enfrenta el país. En primer lugar, porque el país afronta una crisis financiera insólita por su profundidad (la capitalización de la banca ha caído de los 1,4 billones a 400.000 millones de dólares), lo que ha llevado a la insolvencia, o cerca de ella, a grandes entidades. El programa que diseñó la Administración de Bush, que inyectó cerca de 350.000 millones, tuvo resultados mediocres.

Sigue, en segundo término, la pavorosa crisis inmobiliaria. El desplome del mercado continúa, a pesar de la dureza del ajuste que ya se ha hecho. Los precios de la vivienda han caído un 25% desde su cota máxima, y el inicio de nuevas viviendas y su venta se sitúa en mínimos históricos. Ya son 11 millones los propietarios con una hipoteca que supera el valor de su casa.

A todo ello se añade la recesión, con sus consecuencias sobre el mercado laboral (más de 3,6 millones de puestos de trabajo destruidos), la caída importante en la actividad y las negras expectativas que podrían conducir a una severa depresión.

ESTOS TRES choques se refuerzan mutuamente. De hecho, el origen de la crisis se encuentra en el mercado inmobiliario, con sus negativas repercusiones sobre los balances bancarios. Y su impacto se ha canalizado hacia la economía por el colapso del crédito, que, a su vez, repercute sobre el mercado inmobiliario, impulsando su descenso. Este círculo vicioso es el que intentan quebrar las distintas medidas de Obama. Los casi 800.000 millones de dólares que forman el paquete de impulso fiscal de la nueva Administración americana suponen el 2,5% de su PIB en el periodo 2009–2010, con un tercio del total en recortes fiscales, otro tercio en ayudas a los Estados (para educación y sanidad), ade- más de una mayor inversión para infraestructuras, energía y gastos médicos y educativos. Se estima que el impacto de estas propuestas puede hacer que el PIB de EEUU, hasta finales del 2010, crezca hasta cerca del 3,5%, que se reduzca la tasa de paro unos 2 puntos y que se creen entre 3,5 y 4 millones de empleos.

A este impulso hay que sumar el enorme paquete previsto para estabilizar el sistema financiero y el que se dirige al mercado inmobiliario. De hecho, el plan del Tesoro americano para recuperar el colapso del crédito tiene un contenido más relevante que el destinado a estimular la economía. Se debe tanto a la pretensión de crear las condiciones para permitir fluir otra vez el crédito, como por los recursos que se espera movilizar. La inyección de capital a las instituciones financieras con problemas, los recursos para incentivar el crédito (con un coste entre los 200.000 y el billón de dólares) y los dirigidos a neutralizar los activos tóxicos de la banca (estimados en un billón de dólares) suman una cifra que se acerca a los 2,5 billones.
Finalmente, para sostener el mercado inmobiliario, la Administración de Obama intenta frenar la fuerte tasa de desahucios. Así, para facilitar la refinanciación de hipotecas, se inyectan 200.000 millones en el capital de las grandes hipotecarias Fanny Mae y Freddi Mac, y se añaden otros 75.000 millones para reducir la carga por intereses, hasta el 31% de la renta familiar. El objetivo es evitar que cuatro millones de hogares pierdan su vivienda.

En síntesis, el plan Obama propone una inversión próxima a los 800.000 millones de dólares para activar la economía, otros 300.000 para frenar el deterioro inmobiliario y unos 2,5 billones para estabilizar el sistema financiero. Ese es el verdadero alcance económico de los planes de la Administración que asumió el gobierno de EEUU el pasado 20 de enero. Unas cifras gigantescas, que equivalen al 24% de su PIB.

¿Conseguirá ese amplio conjunto de medidas evitar males mayores? Cabe esperar que, en los próximos trimestres, se note una mejora en la actividad y el empleo. No obstante, los resultados de las políticas inmobiliarias son más complejos de predecir, ya que implican también a quienes tienen un préstamo. Y tampoco hay consenso sobre la idoneidad del plan para el sistema financiero.

SEA CUAL sea el éxito final de estas iniciativas, lo que es seguro es que el aumento de la deuda pública que suponen va a gravitar sobre el crecimiento de los EEUU de la próxima década. Así, de un déficit de 455.000 millones de dólares en el 2008, se estima que en el 2009 ya podrían alcanzarse al menos los 1,6 billones (cerca del 11% del PIB) y otro billón en el 2010. De hecho, el Congreso americano ha elevado el límite de deuda pública hasta los 12 billones de dólares, mientras que se espera que esta alcance un 85% del PIB este año.

Tendremos que estar atentos al impacto que causarán todos estos datos sobre la cotización del dólar y los tipos de interés. Las alzas recientes de ambos indicadores avisan de los temores de los mercados financieros a este creciente déficit. Y los menores excedentes de ahorro de China, Rusia y los países de la OPEP limitan el alcance del endeudamiento exterior de Estados Unidos. Por ello no es extraño que, tras tanto activismo de sus primeros días, la última medida de Obama haya sido convocar una cumbre bipartidista para frenar el incremento de la deuda pública norteamericana. Desear que haya suerte es por su bien, pero también por el nuestro.

¿QUIÉN TENÍA INTERÉS EN MANCHAR LA REPUTACIÓN DE BENEDICTO XVI?



¿Quién tenía interés en manchar la reputación de Benedicto XVI?

La Gaceta de los Negocios
Hippolyte Simon es arzobispo de Clermont y vicepresidente de la Conferencia de los obispos de Francia
20/02/09


Mons. Williamson, cuyas afirmaciones son intolerables, no ha vuelto a la Iglesia Católica y todavía no depende de la autoridad del Papa.

No sé si estoy enfadado o decepcionado, seguramente las dos cosas, pero el asunto supera los límites. Por eso digo: ¡basta! Basta con el movimiento mediático en contra del Papa Benedicto XVI, por el hecho de que “hubiera reintegrado a cuatro obispos integristas”, uno de ellos negacionista declarado. Esta declaración es una calumnia, no una crítica, y es fruto de una desinformación.

Antes de manifestar lo que se piensa ante las decisiones del Papa hay que decir, repetir y subrayar que estos cuatro obispos no han sido reintegrados. Mons. Williamson, cuyas afirmaciones en la televisión sueca son efectivamente intolerables, no ha vuelto todavía a la Iglesia Católica y todavía no depende de la autoridad del Papa.

Concedo mi indulgencia a todos los periodistas que han podido confundir, de buena fe, la supresión de la excomunión con la reintegración simple y llana. Las diferentes categorías utilizadas por la Iglesia pueden llevar a confusión el gran público. Según el Derecho de la Iglesia, no es lo mismo en absoluto. Si confundimos los conceptos, nos convertimos en víctimas de las simplificaciones que sólo sirven para satisfacer las intenciones de los que buscan provocar.

Habitualmente, el gran público tiene derecho a exigir de un periodista deportivo que sepa distinguir, por ejemplo, entre un corner y un ensayo. ¿Por qué la Iglesia no tendría el derecho de gozar de un vocabulario técnico? Retomemos pues lo que ha pasado. Después de la elección del Papa Benedicto XVI en abril 2005, los obispos de la Fraternidad de San Pío X, fundada por Mons. Lefebvre, han pedido retomar el diálogo con Roma con dos condiciones previas: primero, la liberalización del Misal de 1962, lo que fue hecho de motu proprio en julio de 2007. Segundo, el levantamiento de las excomuniones. ¿Qué significa levantamiento de las excomuniones? Cuando Mons. Lefebvre desobedeció ordenando a cuatro obispos a pesar del asentamiento formal del Papa, es como si hubiera caído automáticamente una barrera y que se hubiera puesto un semáforo en rojo para señalar que “ha salido”. Mons. Lefebvre ha muerto, que descanse en paz. Hoy, sus sucesores dicen al Papa: “Estamos preparados para retomar el diálogo, pero queremos un gesto simbólico de su parte. Queremos que levante la barrera y que ponga el semáforo en ámbar parpadeante”.

El Papa, queriendo favorecer el diálogo, levantó la barrera y queda por saber ahora si los que piden volver lo van a hacer. ¿Entrarán todos? ¿Bajo qué condiciones? No lo sabemos. Como dice el cardenal Giovanni Battista Re en su decreto oficial: “Hay que estabilizar las condiciones del diálogo”. Quizás el Papa, en un plazo que no conocemos, les dará un estatuto canónico. La condición previa al diálogo está levantada, pero el diálogo no ha empezado aún. La víspera del día en que el decreto del cardenal Re iba a ser publicado, una televisión sueca emitió las declaraciones negacionistas de uno de los cuatro obispos en cuestión, Mons. Williamson.

“El pontífice, queriendo favorecer el diálogo, levantó la barrera y queda por saber ahora si los que piden volver lo van a hacer” El Papa, cuando firmó el decreto del cardenal, ¿podía conocer el discurso de Mons. Williamson? Muy honestamente, afirmo que no. ¿Qué significa esta coincidencia entre la firma de un decreto previsto para el 21 de enero, y entonces conocida por Mons. Williamson, y la difusión de las afirmaciones televisivas? ¿Quién saca partido del crimen? ¿Quién saca provecho del escándalo provocado por unas afirmaciones tan obscenas? La respuesta me parece límpida: al que, o los que, querían torpedear el proceso inaugurado por la firma del decreto. Sin embargo, si seguimos un poco estos asuntos y las diferentes intervenciones de Mons. Williamson es claro que este último no quiere por ningún precio la reconciliación con Roma. Este obispo ha usado el método de los terroristas: hace estallar una bomba (intelectual) esperando que todo el proceso de reconciliación vaya a descarrillar. Prefiere dejar un campo de ruinas antes que reconciliarse con los que considera como enemigos. Entonces digo con tristeza a todos los que han seguido la estafa, con voracidad o con dolor, y hecho la amalgama entre Benedicto XVI y Mons. Williamson: ¡habéis caído, inconscientemente, en la trampa de un provocador cínico! Además, le habéis permitido ir hacia un segundo objetivo: manchar con las peores formas la reputación del Papa. Un Papa en el que aquel provocador desconfía más que en nadie porque ve bien que este Papa arruina toda la argumentación sin fundamento de Mons. Lefèbvre. Me remito a un artículo que había publicado Le Monde, el año pasado, en el momento de la publicación del Motu Proprio: “Cuando leo, un poco en todas partes, que el Papa otorga todo a los integristas y que no exige nada en contraparte, no estoy de acuerdo: se lo concede todo sobre la forma de los ritos, pero desmantela totalmente su argumentación en el fondo. La argumentación de Mons. Lefebvre se basaba en una supuesta diferencia sustancial entre el rito dicho de San Pío V y el rito dicho de Pablo VI. No obstante, reafirma Benedicto XVI, no tiene sentido hablar de dos ritos. Podíamos, en todo caso, legitimar una resistencia al Concilio si pensábamos, en conciencia, que existía una diferencia substancial entre dos ritos. “¿Podemos legitimar esta resistencia, y con más razón un cisma, a partir de una diferencia de formas?”. Para Mons. Williamson, Benedicto XVI es infinitamente más temible que todos los que hacen la apología de la ruptura introducida por el Concilio Vaticano II. Porque si hay ruptura, entonces está confortado en su oposición a la novedad.

Creo que haría falta desarrollar mi argumentación. Que cada uno me perdone por no remitir a los sitios de internet donde todo esto es visible, pero deseo sobre todo que cada uno acepte desconfiar de las provocaciones demasiado bien montadas. En cuanto a los que se obstinan a repetir que Joseph Ratzinger ha servido en la Juventud Hitleriana, que acepten de leer otra vez el testimonio que ha dado en Caen el 6 de Junio de 2004, para el 60 aniversario del Desembarco en Normandía y que se planteen luego lo que hubieran hecho a su vez... Que se levante hoy la voz hasta aullar no implica que en tiempos pasados uno fuera capaz de desmarcarse de los lobos de la época.

Queda un punto, secundario pero muy grave: cuando se trata de asuntos tan sensibles, tendremos que referirnos a la comunicación de las instancias romanas. Después de la polémica de Ratisbona espero que los responsables de la Curia efectúen un serio repaso de los errores de su comunicación. En resumen, he vivido el evento así: miércoles 21 de enero, los medios integristas italianos que pensaban triunfar organizan una fuga en Il Giornale. De inmediato, el tam-tam mediático se pone en marcha. Pero nosotros, miembros de las conferencias episcopales, ¡no sabemos absolutamente nada! Y durante tres días, las noticias erróneas, que hablan a lo largo del día de reintegración, proliferan y se extienden por todas partes como la pólvora.

Llega entonces la bomba de Mons. Williamson... Y sólo es el sábado por la mañana —tres días demasiado tarde—cuando recibimos el comunicado oficial del cardenal Re. ¿Cómo queréis vosotros que podamos relanzar el debate sobre unas bases correctas? El cardenal Ricard lo había intentado, de una muy buena manera, pero el fuego se había extendido ya demasiado y nadie más podía escuchar una palabra razonable.

“Cuando se trata de asuntos tan sensibles como estos, tendremos que referirnos a la comunicación de las instancias romanas” Ahora que el asunto se despeja, intentemos centrarnos de nuevo con tranquilidad. Como decía mi abuela: “De un mal Dios se puede hacer salir el bien”. Lo malo es que el Papa Benedicto XVI, otra vez, ha sido cubierto de fango por muchos de los grandes medios de comunicación, excepto, gracias a Dios, el periódico La Croix y algunos otros más. Muchos católicos y gente de buena voluntad no comprenden el asunto y sufren por ello. Pero lo bueno es que ahora las máscaras han caído. Si, a pesar de todo esto, el diálogo continúa con los obispos de la Fraternidad San Pío X —bajo reserva, que pasen la barrera ahora levantada— se podrán distinguir bien las distintas posturas, porque todo el mundo sabe un poco mejor lo que piensan los unos y los otros.

Para concluir, quiero dirigirme a los fieles católicos que pueden, no sin motivo, tener la impresión de sentirse un poco traicionados, por no decir despreciados, en este asunto: “Meditad la parábola del Hijo Pródigo y hacedla actual con este acontecimiento. Si el hijo mayor, que primero se había negado entrar a la fiesta, dice que quiere finalmente volver, ¿vais a rechazarlo?”.

Confiad en vosotros mismos y en el Espíritu que conduce la Iglesia y que también ha guiado el Concilio Vaticano II, para pensar que el simple hecho de la presencia presencia de este hijo mayor no bastará para estropear la fiesta. Dadle a este último invitado un poco de tiempo para acostumbrase a la luz de la Asamblea en la cual estáis.

sábado, 14 de febrero de 2009

CHINA, LA "CARTA 08"




China, la ‘Carta 08′
Por Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, Casa Asia-IGADI (EL PAÍS, 13/02/09):



Cientos de personas han firmado en China la llamada Carta 08, todo un catálogo de reivindicaciones políticas que inciden en la necesidad de abrir un segundo tiempo en el proceso de reforma. Es verdad que los firmantes constituyen apenas una gota de agua en el inmenso océano demográfico chino, pero no podrá negarse su trascendencia moral, por cuanto supone plantar cara a la represión del régimen denunciando que “China tiene numerosas leyes pero no un Estado de derecho, tiene una Constitución pero no un Gobierno constitucional”, condenando esa resistencia de las élites a toda evolución que suponga un cambio político real. Su contenido equivale a un auténtico programa de cambio democrático, pero ¿puede tener alcance político efectivo?

En el Libro Blanco sobre la democracia (2005), Pekín retrató su sistema político, insistiendo en que no mudaría de camino. Dos años más tarde, en el XVII Congreso del Partido Comunista (PCCh), se planteó la necesidad de inyectar savia nueva en él para garantizar su efectividad como instrumento capaz de dirigir una sociedad que se ha pluralizado de forma notoria como consecuencia de las reformas, ganando una autonomía frente al poder que sugiere nuevos enfoques. Pero el PCCh no abdica de su monopolio y dirección -cuestión central de la Carta 08-, factor que considera precondición de toda estabilidad. A lo sumo, el PCCh aceptaría aumentar el nivel de deliberación y co-participación. El programa democratizador oficial, inspirado por el profesor Zhou Tianyong, director del centro de análisis político de la Escuela Central del Partido, fijaba el objetivo del año 2020 para escalonar medidas, incidiendo esta vez en la transformación del Estado y en una fuerte inversión en el orden social para configurar una sociedad moderna y adulta.

Pero lo cierto es que, tras los Juegos Olímpicos, Pekín parece echar de nuevo el cerrojo: reanudación de ejecuciones, inflexibilidad y lenguaje duro en la negociación con los representantes del Dalai Lama, detención de militantes a favor de los derechos humanos, mayor control de Internet y de los medios de comunicación… Las promesas de transparencia, mayor autonomía social y amplio y progresivo reconocimiento de las libertades individuales, dejan paso preferente a la acción represiva y ejemplar contra la corrupción, que goza de amplio favor popular, mientras, en el más absoluto silencio, se procura aislar cualquier disidencia política. En un artículo publicado el pasado 18 de enero en la revista Qiushi, Jia Qinglin, uno de los máximos dirigentes chinos, alertaba contra “los falsos ideales de la democracia a la occidental”, evidenciando las fronteras de la evolución ideológica del régimen.

Detrás de estas medidas no está sólo el miedo a la proclama de la Carta 08, sino también a lainestabilidad derivada de la actual crisis, que está golpeando la economía china con más fuerza de lo esperado. Millones de trabajadores rurales se han quedado sin empleo y regresan al campo, donde sus posibilidades de ocupación son ínfimas y las redes sociales prácticamente inexistentes. En el medio urbano, el desempleo, en torno al triple del oficialmente reconocido (4,2%), también va en aumento. La temida cólera podría estallar.

Ante esta situación, el Gobierno chino ha reaccionado a varios niveles. El plan de estímulos (cuatro billones de yuanes) ha sido uno de ellos. Mayores inversiones sociales ha sido otro. También intensifica las políticas para aprovechar la crisis y operar el cambio en el modelo de desarrollo. Pero, en ningún caso, planea acelerar la reforma política, temeroso de que cualquier cambio pueda conducir a un descalabro progresivo de todo el sistema. Así pues, todas las energías deben centrarse en garantizar la paz social con los mismos métodos de siempre. ¿Será suficiente?

Se cuenta con un repunte considerable de los conflictos sociales a nivel local y se han dado instrucciones a los cuerpos de policía para manejar con mano izquierda los disturbios. En la periferia, los cuadros, conservadores por la naturaleza, pueden agravar las protestas con su demostrada torpeza, poca credibilidad cívica y el nerviosismo que avanza en el campo y en el entorno de las grandes ciudades. Algunas autoridades (en la provincia occidental de Gansu) han sido sancionadas por su “rutina” a la hora de reprimir. Se impone gestionar con precaución los disturbios y, sobre todo, desactivar las protestas de forma inteligente para evitar que alcancen una dimensión global.

Pero no es sólo la crisis y sus efectos. El presente es un año difícil por los numerosos aniversarios delicados (la revuelta en Tíbet que acabó con el exilio del Dalai Lama, sucesos de Tiananmen, Falungong) y un encadenamiento de episodios podría volverse incontrolable. La Carta 08 pesca, pues, en aguas revueltas (hun shui mo yu) y, atendiendo a su discurso de investidura, con tanto énfasis en la defensa de valores y principios, podría encontrar en el presidente Obama una receptividad aliada y mayor en el diálogo con las autoridades de Beijing.

¿Quién apuesta por la democracia en China? No los nuevos poderes económicos, con buenas conexiones con el poder y del que se benefician en grado sumo. Tampoco las vastas huestes de funcionarios que engrasan a diario los engranajes del sistema, mostrando gran nivel de adaptación. En unos y en otros, como entre los estudiantes, el patriotismo, rico y pobre, fagocita cualquier otra reivindicación. Por otra parte, los colectivos de humildes que encabezan las protestas, por el momento las unen a fenómenos muy locales, en muchos casos sin perder la esperanza de encontrar en el poder central un remedio a todos sus males.

En la larga transición china, la hipótesis democrática parece alejarse una vez más. De igual forma que en lo económico conserva muchas especificidades, reservando para el poder político-partidario el control de áreas clave y actuando a todos los niveles como un actor decisivo, en lo político todo seguirá atado en corto. Es más, se diría que quien lleva las riendas, si algo ha descartado es tomar el rumbo hacia un pluralismo de corte occidental.

El inmovilismo no es alternativa, porque conduce directamente al bloqueo y la asfixia del sistema, pero el PCCh, en el filo de la navaja, seguirá haciendo acrobacias, adoptando cuanto pueda, adaptándose hasta donde pueda, instando esa paulatina superación del maoísmo y sustituyéndolo no por la democracia occidental que sugiere la Carta 08 sino por el gobierno de la virtud y demás diatribas confucianas, una propuesta coherente con su estrategia general que limita cualquier papel efectivo de la sociedad civil.

miércoles, 11 de febrero de 2009

CRISIS FINANCIERA, CRISIS GLOBAL




Crisis financiera, crisis global
Por Carlos Berzosa, catedrático de Economía Aplicada y rector de la Universidad Complutense de Madrid (EL PAÍS, 10/02/09):


La crisis económica está adquiriendo una dimensión realmente preocupante pues afecta, como siempre, a los más vulnerables. Su detonante fueron las hipotecas basura. El desarrollo de los acontecimientos ha demostrado que esta situación tan grave se ha debido a la gran cantidad de derivados financieros tóxicos que no tienen un valor real que los sustente, entre ellos los de las hipotecas basura. La contaminación se ha extendido a lo largo y ancho del mundo, en un mercado global cada vez menos regulado que sobrepasa las fronteras nacionales. La grave crisis del sistema financiero se ha trasladado a la economía real, que se encuentra con dificultades para conseguir créditos. Como consecuencia, lo que parecía en un primer momento que eran dificultades de liquidez, se ha puesto de manifiesto que se trata de un problema de solvencia.

Los economistas discutimos acerca de las causas que han provocado una crisis de esta envergadura y los factores que la han determinado, pero no llega a haber consenso. Al tiempo, recibimos reproches sobre la incapacidad manifestada por la ciencia económica para predecirla. Sobre esto me gustaría hacer algunas matizaciones.

Es cierto que no se habían realizado predicciones exactas sobre la posibilidad del estallido de la crisis, así como sobre la naturaleza de la misma y la duración que podía tener. No obstante, bastantes economistas habían advertido de los peligros que se vislumbraban con motivo de la expansión del mercado inmobiliario y del sistema financiero y las burbujas especulativas que se creaban en ambos mercados, de por sí bastante interrelacionados.

El estallido de esas burbujas era la crónica de una muerte anunciada, que los gobernantes no querían ver o preferían mirar hacia otro lado, pues siempre viene bien, cuando se gobierna, que la economía marche con crecimiento, sin plantearse las características de cómo se produce éste. Determinados economistas habían encendido las señales de alarma, aunque tanto los dirigentes políticos como de empresas se negaban a aceptarlo, debido a que consideraban que eran exageradas y se refugiaban, además, en el hecho de que la economía ortodoxa no contemplaba ningún peligro a la vista, sino meros ajustes o desaceleraciones que se tenían que dar pero que no revestirían excesiva importancia.

Frente al conformismo de la ciencia oficial existían estudios serios que ponían en guardia sobre los problemas que estaba suscitando la globalización financiera y el creciente desmantelamiento de los controles de regulación de los bancos y de otras instituciones bancarias y financieras. Con ello, además de las inestabilidades, incertidumbres y procesos especulativos que se generaban, se facilitaba el enriquecimiento excesivo de unos pocos, de forma rápida y fácil, al tiempo que se fomentaba la desigualdad internacional. Las operaciones de ingeniería financiera, los paraísos fiscales, las emisiones de bonos de alto riesgo sin control, contribuían a alimentar el mundo de las finanzas y su auge y hegemonía.

Entre los analistas que denunciaban esta situación y alertaban de los peligros se encuentran, entre otros, René Passet: La ilusión neoliberal (Debate, 2001) y Elogio de la globalización. Por una mundialización humana (Salvat, 2001); Françoise Chesnais: La mondialisation du capital (Syros, 1994); Gérard Duménil y Dominique Lévy: Crisis y salida de la crisis. Orden y Desorden neoliberales (Fondo de Cultura Económica, 2007); Ángel Martínez González-Tablas: Economía política mundial II. Pugna e incertidumbre en la economía mundial (Ariel, 2997), y John Eatwell y Lance Taylor, que escribieron hace años un libro con un título muy esclarecedor: Finanzas globales en riesgo. Un análisis a favor de la regulación internacional (Siglo XXI, 2005). También los premios Nobel Stiglitz y Krugman. Por su parte, el poskeynesiano Hyman P. Mynsky (Las razones de Keynes, Fondo de Cultura Económica, 1987) escribió en 1976 sobre lo errático que resultaba no tener en cuenta en el análisis keynesiano la incertidumbre, el riesgo y la especulación como características básicas del sistema financiero. A su vez, tanto Kindleberger, Manías, pánicos y cracs. Historia de las crisis financieras (Ariel, 1991), que estudió la historia de las crisis financieras, como Galbraith en Breve historia de la euforia financiera (Ariel, 1991), nos enseñan lo que ha sucedido en tiempos pasados y no ha servido, por lo que parece, para aprender lo suficiente y establecer los controles necesarios para que el sistema financiero no se encuentre sometido a esos procesos especulativos que acaban en una crisis. Si se me permite, yo mismo durante los últimos años vengo escribiendo en distintas revistas acerca del riesgo de este crecimiento descontrolado e irregular de la economía de mercado.

Por tanto, no estamos ante hechos nuevos, sino ante acontecimientos que se han repetido a través de la historia del capitalismo. En este caso, además, agravados por una globalización que ha ido en dirección contraria a las recomendaciones que nos enseña la historia y nos señalan Mynsky y los autores mencionados.

Ésta es una crisis financiera que tiene similitudes con otras anteriores, pero que tiene asimismo elementos diferenciadores, propios de la fase del capitalismo en la que nos encontramos.

Es importante señalar que la crisis no es el resultado de equivocaciones de políticas económicas, aunque ha podido haberlas, pero que por sí solas no explican la gravedad de lo que está aconteciendo, ni tampoco de malas prácticas de los gestores y directivos de los fondos de inversión y de los bancos, que también se han producido, así como de las estafas practicadas bajo la ley de la selva, que han encontrado un caldo propicio para desenvolverse, sino que la crisis es el claro resultado de un modelo de crecimiento inadecuado.

De manera que los datos, cuando anunciaban que todo iba bien en los últimos años, en los que se estaban dando tasas de crecimiento muy elevadas, no reflejaban la realidad pues en ellos mismos estaban sembradas las semillas de la destrucción. Era un crecimiento que favorecía las desigualdades y aniquilador del medio ambiente.

Los años de expansión y de euforia se elogian en exceso por las personas que tienen en su mano la toma de decisiones, que tratan de inculcar su visión a toda la sociedad con el apoyo de los poderosos medios de comunicación y de una buena legión de académicos que les aplaudían. Pero al final han conducido a una catástrofe de consecuencias incalculables.

Lo que algunos han enunciado como crisis financiera es mucho más que eso: es una crisis global, pues supone el agotamiento de un modelo de crecimiento que modifica el equilibrio ecológico, que también afecta a los alimentos, la energía y que ha sido incapaz de combatir la pobreza, el hambre y la exclusión social, aunque haya venido acompañado todo ello de progresos indudables. Pero aun así, las privaciones y los costes a pagar son demasiado elevados para sentirse satisfechos en una situación en la que la prosperidad de una minoría de la población mundial se asienta en el sufrimiento de tantos.

En definitiva, el sistema financiero ha engordado y se ha beneficiado durante años basándose en prácticas poco ortodoxas en las que ha predominado el enriquecimiento rápido y fácil. A su vez, las instituciones financieras son un instrumento del propio sistema para conseguir superar las crisis de sobreproducción de las que hablaba Marx.

Esta crisis no se puede solucionar sólo con medidas de política económica, sino que es necesario plantearse otros modos de crecer y consumir. No estamos solamente ante una crisis financiera sino ante algo mucho más profundo: un sistema económico mundial desigual y depredador de la naturaleza.

Ante esta situación, es importante afrontar el futuro con un reequilibrio de fuerzas, pero esta cuestión merece ser desarrollada en otro posible artículo.

NACIMIENTO DEL ESTADO DE LA CIUDAD DEL VATICANO




80º Aniversario del Acta de nacimiento del “Estado de la Ciudad del Vaticano”

Blog de Carlos Corral, profesor en la Universidad de Comillas
10/02/09


FUENTE: ANALISISDIGITAL

Fue el 11 de febrero de 1929 cuando se firmó el acta de nacimiento del Estado de la ciudad del Vaticano (Stato Della Città del Vaticano =vulgarmente, Vaticano) en el Tratado de Letrán. Lo que entonces pareció una singularidad extraordinariamente novedosa, resulta que sorpresivamente el Presidente de la Organización para la liberación de Palestina (O.L.P.), Yaser Arafat, aprovechando la ocasión de la visita de Juan Pablo II a Jerusalén, Israel, Jordania y Palestina (de 20 a 25 III 2000), señalaba — para resolver el contencioso entre Palestina e Israel sobre una doble capitalidad en Jerusalén— como paradigma la existente en Roma como capital de Italia y a la vez sede del Stato della Cittá del Vaticano.

I.- ¿Por qué se dio nacimiento al micro-Estado Vaticano independiente?

Fue a los estadistas, lo mismo católicos que protestantes, a quienes ya en siglo XIX se les planteó la cuestión: un Papa, cuya jurisdicción espiritual se extiende, entonces a 200 millones, hoy a unos 1.000 cien millones de fieles ¿puede ser súbdito de un Estado y así depender de una potencia política? De ahí la exigencia de una soberanía temporal para garantizar la soberanía espiritual del primado romano tal como se venía ejerciendo sobre una comunidad de fieles de ámbito universal. Cuestión que, por más que fuera de orden espiritual, era contemplada por estadistas, políticos e internacionalistas, como una cuestión primordialmente política e internacional.

*Así lo hizo constar en un primer momento el propio Napoleón I: “El Papa debe estar en Roma... El Papa no es aquel que puede estar en Berlín o Viena: es el que está en el Vaticano y no es como si estuviese en París. ¿Acaso, si el Papa estuviese en París, los vieneses o los españoles seguirían sus decisiones?, y yo ¿le seguiría si estuviese en Viena o en Madrid?”.

**Años más tarde, cuando desde la casa de Saboya ya se estaba fraguando la unidad italiana, fue otro emperador francés, Napoleón III, quien lo planteó con la máxima claridad en el folleto Le Pape et le Congrès, bajo el seudónimo de Laguéronnières: “El poder temporal ¿es necesario al Papa para el ejercicio de su poder espiritual? —se preguntaba—. La doctrina y la prudencia de Estado responden concordemente de forma afirmativa. Desde el punto de vista religioso es necesario que el Cabeza supremo de 200 millones que rige las almas pueda, sin estar atado a ninguna dependencia, extenderse por encima de todas las pasiones humanas. Si fuera un soberano dependiente, sería entonces francés, austríaco, español o italiano, y el carácter de su nacionalidad le quitaría el carácter de su soberanía espiritual universal (...). Para Inglaterra, Rusia y Prusia, como para Francia y Austria, es de importancia que el representante de la unidad católica no padezca coacción ni esté sometido ni sea súbdito. Roma es el punto central de un poder moral tan universal que no puede menos de ser de interés para todos los gobiernos y para todos los pueblos el que descanse sobre una roca constantemente inmutable, sobre la sagrada roca a la que ninguna sacudida humana pueda derrocar”.

*** Por parte del Imperio alemán, el Príncipe von Bismarck afirmaba más secamente ante el embajador inglés Loftus, el 2 de noviembre de 1867, que “el cabeza de la Iglesia católica jamás podía ser súbdito de Príncipe alguno”.
A pesar del entramado de intereses de las Potencias, entrecruzándose con las aspiraciones del catolicismo y del Papa, hay una exigencia fundamental requerida paladinamente por los estadistas: que la actividad del Romano Pontífice fuera absolutamente independiente de cualquier gobierno político.

II. ¿Por qué tan pequeño el Estado Vaticano?

Cuestión pragmática: ¿cuánto de territorio independiente hay que ofrecer y asegurar para garantizar esa independencia (o soberanía) espiritual y hacer efectivo ese no ser súbdito de poder alguno? Se imponía, pues, pasar de la exigencia fundamental a la exigencia instrumental. Y aquí comienzan a distanciarse las actitudes de los Estados y del catolicismo entre sí.

* Desde Francia, Napoleón III proponía con meridiana claridad la cuestión y ofrecía la solución —la suya— en el mencionado fascículo Le Pape et le Congrès: “Desde el punto de vista del doble interés de la Religión y del Orden Político de Europa está clara la necesidad del Poder temporal del Papa. Pero ¿cuál tiene que ser este Poder en sí y para sí? . Por ello, no sólo es necesario que su territorio sea tan extenso, sino que nosotros sostenemos como esencial que sea limitado. ¡Cuanto menor sea el territorio, tanto mayor será el Soberano!”. […] “Por tanto, el Poder temporal del Papa es necesario y legítimo, pero inconciliable con un territorio tan extendido en cierto sentido”.

* Bismarck, por su parte, sostenía (en la antes citada entrevista con el embajador inglés Loftus) que “el Papa tenía que ser un soberano independiente, aunque tan sólo fuera poseedor de 10 o 100 hectáreas del Oriente. El cabeza de la Iglesia católica no puede ser súbdito de Príncipe alguno”.

II. Entonces, ¿cómo conciliar en una misma ciudad la doble capitalidad: la del Reino de Italia y la de un Estado Vaticano independiente?

Por aquel entonces, la cuestión era enormemente difícil y compleja. Dos abismales prejuicios, elevados a principios irrenunciables, se oponían por parte de los que hasta entonces habían gobernado Italia: la intangibilidad de la Ley de Garantías (de 13 de mayo de 1871); y la irreductibilidad a todo intento de reconocer una soberanía territorial, por mínima que fuera, dentro de la Península, a la S. Sede.

Superarlos y llegar a la conciliación fue una de las directrices que se marcó Pío XI desde su ascenso al Pontificado (en la primera Encíclica Ubi arcano Dei, del 23 de diciembre de 1922). De ahí que cuatro años más tarde, el 6 de octubre de 1926, se iniciaran las negociaciones y, el siguiente 24, el Card. Secretario de Estado Gasparri ya fijara las seis bases del arreglo. De ellas, la clave es la 2: “esa condición ha de ser tal que garantice plena libertad e independencia, no sólo real y efectiva, sino también visible y manifiesta, con territorio de su plena y exclusiva propiedad, tanto de dominio como de jurisdicción, según conviene a toda soberanía, e inviolable en todo evento”.

* Por su parte, el Gobierno italiano exigió el reconocimiento de la situación de hecho, a saber, Roma capital del Reino de Italia bajo la dinastía de la Casa de Saboya. Respecto al territorio, “por la misma razón histórica y delicadamente civil por la que puede existir la pequeña República de San Marino –hacía explicar el primer Ministro— sin que jamás haya traído la más mínima turbación a la unidad territorial de Italia, se puede en 1928 concebir que surja de nuevo a la orilla del Tíber la limitada soberanía territorial de la Santa Sede”.

En conclusión, la creación y constitución del Estado de la Ciudad del Vaticano no es más que la garantía territorial-estatal de una previa soberanía espiritual sobre una comunidad de fieles de alcance mundial. Con todo, se puede apostillar con el card. Giovanni Lajolo, Presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y Presidente de Gobernación de la Ciudad del Vaticano (Zenit 8-1-9) “Para algunos Estados, las relaciones oficiales—diplomáticas o no— con la Santa Sede sólo son posibles si vienen concebidas como relaciones con otros Estados, el Vaticano, aunque en realidad no son las cuestiones de Estado las que interesen, sino la actividad propia de la Iglesia”.

Completando esa independencia, el Estado Vaticano ya no aplicará automáticamente la legislación italiana a partir de comienzo de este año (en virtud de la Ley LXXI sobre las Fuentes del derecho de 1-10-8), prescribiendo la necesidad de una recepción previa por parte de la autoridad vaticana competente.

Referencia bibliográfica: CORRAL C., LX Aniversario del Estado de la Ciudad del Vaticano (1929-1989), la garantía territorial-estatal de una soberanía espiritual (Madrid, Universidad Pontificia Comillas 1989); ‘Vaticano’, apud CORRAL, C. y URTEAGA, J.M., Diccionario de Derecho Canónico, 2ª ed. (Madrid 2000).

lunes, 9 de febrero de 2009

LA NUEVA CONSTITUCIÓN LEGALIZA E SAQUEO DE BOLIVIA.

La nueva Constitución legaliza el saqueo de Bolivia (extracto)

El Estado reconocerá todos los derechos y privilegios que las transnacionales y empresarios hubiesen adquirido en el país, sin importar si éstos son lesivos a la patria o hubiesen sido adquiridos ilegalmente.

ECONOTICIASBOLIVIA (especial para ARGENPRESS.info)

La nueva Constitución Política del Estado, pactada entre el gobierno de Evo Morales y la derecha parlamentaria, preserva todos los privilegios y ventajas conquistadas por las transnacionales, las compañías privadas nacionales y los empresarios que explotan los recursos naturales y saquean Bolivia.

El artículo octavo de las "Disposiciones Transitorias", incluido al final del texto constitucional señala que el Estado boliviano garantizará a las transnacionales y empresarios nacionales y extranjeros todos los derechos que hubieran adquirido hasta ahora, sin importar si éstos fueron concedidos por los gobiernos neoliberales o dictaduras militares que rifaron a vil precio las riquezas naturales del país y sin importar si estos beneficios se concedieron legal o ilegalmente.

El citado artículo señala textualmente que "en el plazo de un año desde la elección del Órgano Ejecutivo y del Órgano Legislativo, las concesiones sobre recursos naturales, electricidad, telecomunicaciones y servicios básicos deberán adecuarse al nuevo ordenamiento jurídico. La migración de las concesiones a un nuevo régimen jurídico en ningún caso supondrá desconocimiento de derechos adquiridos".

Este artículo fue redactado de común acuerdo entre los parlamentarios del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) del presidente Morales y los senadores y diputados derechistas.

Todos ellos aprobaron eliminar de este texto constitucional la mención que establecía que el reconocimiento de los derechos adquiridos de las transnacionales y empresarios sólo regía para quienes hubiesen obtenido estos privilegios de manera legal y de acuerdo a la Constitución Política del Estado.

La defección gubernamental

En el anterior texto constitucional aprobado en diciembre del 2007 por la Asamblea Constituyente en Oruro se establecía, al igual que en el texto aprobado por el Congreso en octubre de 2008, que "las concesiones sobre recursos naturales, electricidad, telecomunicaciones y servicios básicos deberán adecuarse al nuevo ordenamiento jurídico". Sin embargo, el texto aprobado en Oruro advertía sobre estas concesiones, a diferencia del actual texto del Congreso, que "El Estado revisará y, en su caso, resolverá (anulará, NdR) aquellas (concesiones, NdR) que contravengan a la presente Constitución".

Así, el artículo octavo oficialmente aprobado por el Congreso, reemplaza la frase "El Estado revisará y, en su caso, resolverá aquellas que contravengan a la presente Constitución", por la frase "La migración de las concesiones a un nuevo régimen jurídico en ningún caso supondrá desconocimiento de derechos adquiridos". En esta última frase se eliminó incluso la palabra "legalmente", reemplazando los "derechos adquiridos legalmente" por "derechos adquiridos".

Despojo e impunidad

Con esta disposición, y otras que protegen la inversión privada nacional y extranjera, todos los concesionarios de minas, campos petroleros, yacimientos gasíferos, tierras agrícolas y forestales, concesiones para generación y comercialización de electricidad, distribución de agua, transporte y otros, tienen aseguradas sus millonarias ganancias.

Así, por ejemplo, el Estado boliviano, con su nueva Constitución, no podrá desconocer los "derechos adquiridos" de las transnacionales mineras y compañías privadas nacionales que explotan sin piedad los yacimientos de oro, plata, zinc, hierro, estaño y otros, y que les permite exportar anualmente por encima de los 2 mil millones de dólares, pagando solamente un impuesto que oscila entre el 3 y 5 por ciento del valor bruto producido y exportado.

Este también es el caso de los "derechos adquiridos" por las explotaciones forestales y agroexportadoras que permiten millonarias ventas al exterior que benefician a los consorcios privados, los que pagan migajas al Estado y dejan tierras desoladas y sin capacidad productiva.

Beneficios transnacionales

Las disposiciones transitorias de la nueva Constitución consolidan, además, los onerosos privilegios y millonarias ganancias de los grandes consorcios petroleros, dejando en el limbo las "auditorías" que, de tanto en tanto, el gobierno de Morales intenta reactivar para sancionar a las transnacionales que inflaron sus costos e inversiones para pagar menos impuestos, que defraudaron tributos, violaron las leyes, incurrieron en delitos de contrabando y recibieron concesiones y reservas en condiciones ilegales e inconstitucionales.

Los directos beneficiados con esta nueva concesión constitucional son los pulpos de Repsol, Total, Petrobras, Shell, Enron, Vintage, British Gas y British Petroleum, Canadian Energy y Pluspetrol, que siguen ganando a manos llenas en la producción y compra – venta del gas como materia prima a un precio dos o tres veces por debajo del internacional.

En la minería, el gran beneficiado es el consorcio transnacional de Glencore del magnate petrolero suizo israelí Marc Rich, a quien la revista Time calificó en el 2001 como "el ejecutivo más corrupto del planeta". En el 2005, la Glencore se convirtió dolosa y fraudulentamente en uno de los mayores operadores de la minería boliviana al recibir grandes yacimientos mineros de manos del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Esta operación se produjo cuando Sánchez de Lozada, derrocado por una insurrección popular en octubre del 2003, fugó a los Estados Unidos y sus bienes eran requeridos por el pueblo y la justicia boliviana.

Otra dádiva para los 100 clanes

El artículo octavo también consolida, junto a otras disposiciones, los privilegios y derechos conquistados por los 100 clanes de latifundistas que se han apoderado de las mejores y más fértiles tierras de Bolivia. Estos 100 clanes son propietarios de más de 25 millones de hectáreas, muchas de ellas conseguidas gratuita y dolosamente del Estado al amparo del favor político, la corrupción y la ilegalidad en los gobiernos neoliberales y dictaduras militares.

Todos estos inmensos latifundios no serán tocados por el Estado, que intervendrá sólo en aquellos casos que estas tierras no cumplan una función económica y social. Con ello, el agro boliviano consolidará su doble cara: con inmensos latifundios en manos de pocos clanes familiares asentados en el oriente y los valles, y millones de campesinos atrapados en los minifundios y en la pobreza. Los datos oficiales revelan que los 100 clanes de latifundistas concentran cinco veces más tierras que dos millones de campesinos.


Autor: ECONOTICIASBOLIVIA- Fecha: 2009-01-07


80 AÑOS DEL ESTADO VATICANO: UN PEQUEÑO TERRITORIO PARA UNA GRAN MISIÓN.


www.forumlibertas.com/Documentos
09/02/2009
Jorge Enrique Mújica
80 años del Estado Vaticano: un pequeño territorio para una gran misión

“La Santa Sede no es soberana porque exista el Estado Vaticano, sino que la creación de este Estado es consecuencia de la soberanía propia de la naturaleza de la Iglesia”



Su extensión es de 44 hectáreas y, sin lugar a dudas, son las 44 hectáreas mejor aprovechadas que posee cualquier país. Dentro de sus murallas medievales y renacentistas se atesoran milenios de arte, historia y literatura, y es el único Estado declarado enteramente Patrimonio de la Humanidad. ¿Cuál es el origen del país más pequeño del mundo? ¿El Vaticano siempre ha tenido la extensión territorial que hoy conocemos? ¿Por qué una realidad temporal para una misión espiritual? ¿Cómo está organizado el Vaticano hoy día?

I. El Patrimonio de san Pedro

Se conoce como Patrimonio de san Pedro (Patrimonium Petri) a las donaciones que, desde los primeros años del cristianismo en Roma y sus alrededores, muchas personas hacían al príncipe de los apóstoles en la figura del Papa.

Posiblemente, el primer núcleo patrimonial, del que crecería luego todo el Estado Pontificio, fue el sepulcro de san Pedro; después vino el cementerio de san Calixto y, en cierta forma, también las catacumbas.

El emperador (306-337) Constantino (c. 274-337) fue uno de los primeros bienhechores al donar a la Iglesia las basílicas de san Pedro y san Pablo, dotándolas de otras extensiones que pertenecían a su patrimonio personal. Otros ricos terratenientes, patricios romanos y fieles en general, dejaban en herencia sus bienes (minas, campos, prados, etc.) al Papa en cuanto sucesor de san Pedro. Así se formó ese patrimonio, que luego se extendió por otras provincias.

Es en el Patrimonium Petri donde encontramos la raíz de la soberanía pontificia, una soberanía que fue creciendo y consolidándose conforme aumentaban los donativos al Romano Pontífice y disminuía la influencia de la sede del Imperio Romano que había pasado de Roma a Constantinopla.

Tras este cambio, los habitantes de Roma hallaron en el Papa no sólo un pastor espiritual sino también una autoridad temporal. Fue él quien les protegió y organizó ante los continuos ataques de las tribus bárbaras y quien administro los bienes y rentas del Patrimonium Petri procurando ayudarles en sus necesidades. Fue el Papa san León Magno, por ejemplo, quien hizo frente a Atila (452) y a Genserico (455).

II. El Ducado de Roma y la República santa de la Iglesia de Dios

Fue con Gregorio II (715-731) que el Papa aparece por vez primera como señor temporal del Ducado de Roma, un ducado que abarcaba, al sur, toda la Campania y, al norte, la Tuscia romana. No obstante, Gregorio II reconoce la autoridad suprema del Emperador bizantino que se hallaba en Constantinopla y que tenía, para el occidente del imperio, la sede del exarcado en Rávena.

Durante el pontificado del sirio Gregorio III (731-741) aparece en la correspondencia oficial una expresión nueva para designar al Ducado de Roma y a otros territorios del Patrimonium Petri: “República santa de la Iglesia de Dios”. El soberano de derecho aún es el emperador bizantino, pero de hecho ya lo es el Papa. De suyo, Gregorio III impulsa una política de independencia de Constantinopla (Bizancio). En este sentido, Gregorio III da un cambio estratégico al pedir ayuda a los francos (tribu de origen germánico que, con el paso del tiempo, se establecería en los territorios de la actual Francia), y no al emperador, ante el asedio de la tribu longobarda del norte de la actual Italia. Esta actitud supuso un ahondar en la ruptura que ya existía entre el Papa y Bizancio a causa de la herejía iconoclasta.

El griego san Zacarías (741-752) sucedió a Gregorio III y fue quien legitimó a Pipino, padre de Carlomagno, como rey de los francos.

III. Esteban II, Adriano I e Inocencio III, fundador, refundador y reformador de los Estados Pontificios

San Zacarías había logrado una alianza de paz con los longobardos. Pero un nuevo rey, Astolfo, tenía otros intereses: expulsó al último exarca bizantino de Rávena (752) y puso los ojos en la ciudad papal, a la que quería como capital de su reino.

Por entonces, un romano ocupaba ya la silla de Pedro. Se trataba de Esteban II (752-757), quien no dudó en acudir a Pipino para pedirle defendiese “la causa de san Pedro y la república de los romanos”. Pipino y sus hijos Carlos y Carlomán juraron defender siempre a la Iglesia y al Papa. Esteban II les concedió el título que hasta entonces habían llevado los exarcas de Rávena, Patricius Romanorum.

El Pacto entre Pipino y Esteban se formalizó en Quiercy. Los francos defienden al Papa y le restituyen los territorios ocupados, incluido el exarcado de Rávena. En la primavera del 756, Pipino redacta un documento de donación territorial al Papa. Es aquí cuando nacen los Estados Pontificios que abarcaban también la Pentápolis, el Ducado Romano, algunas ciudades aledañas y Córcega.

Al Papa Adriano I (772-795) se debe la consolidación del naciente Estado. Bajo su papado, Carlomagno, sucesor de Pipino, aprobó y confirmó el acuerdo de Quiercy en 774, añadiendo, además, Imola, Bolonia y Ferrara. Años más tarde, en el 781, se estableció con mayor precisión la extensión de los dominios del Papa, quedando asegurada su soberanía.

Siglos más tarde, otro Papa destacó especialmente por sus dotes pastorales y de gobierno. Hijo del conde de Segni y perteneciente a la alta nobleza romana, fue nombrado cardenal por su tío Clemente III a temprana edad, y elegido Papa en 1198 a la edad de 37 años. Se hizo llamar Inocencio III y Lotario fue su nombre de pila.

A él se considera reformador de los Estados Pontificios pues hizo valer sus derechos, recuperó dominios arrebatados y los colocó al frente de la política internacional, reestructuró la corte pontificia dotándola de un espíritu eminentemente eclesiástico y evangélico.

IV. 1870: desaparece el Estado más antiguo del mundo

Los Estados Pontificios habían sido hasta 1870 el país más antiguo del mundo –e históricamente lo sigue siendo–. XI siglos de historia estaban a sus espaldas. ¿Cómo se llegó al momento de su disolución?

Tres factores influyeron en ello: la revolución francesa, el Imperio Napoleónico y el nacionalismo italiano.

La revolución francesa de 1789 supuso la imposición de una visión preeminentemente anticlerical de la vida, que abogaba por la desaparición de la esfera religiosa en el ámbito público civil. Ese modo de concebir las relaciones con la Iglesia católica pasó también a los Estados Pontificios.

Napoleón Bonaparte llevó a cumplimiento muchas de las reformas de la revolución francesa y, en su afán expansionista, hizo de los Estados Pontificios parte del imperio francés en 1808, poco después de que el Papa Pío VII lo coronara emperador en París. En el Congreso de Viena, las potencias que había vencido a Napoleón en 1814 restituyeron los Estados Pontificios al Papa, pero aún quedaba pendiente afrontar el espíritu nacionalista que estaba muy despierto en toda la península itálica.

Austria tenía ocupados algunos reinos de lo que, como país unido, aún no era Italia. Cuando Pío IX (1846-1878) fue elegido Papa, muchos vieron en él la persona adecuada que podía llevar a los diferentes reinos y repúblicas italianas a una unidad completa; él debería ser la persona que liderase una guerra contra el invasor. Pero Pío IX se resistió alegando que él era padre de todas las naciones. Su gesto le ganó la enemistad de muchos.

En 1848, Carlos Alberto, rey del Piamonte, declaró la guerra a Austria y una gran mayoría de italianos se adhirieron a esta causa. Distintos movimientos revolucionarios en Roma iniciaron una serie de asechanzas contra el Papa quien se vio impelido a huir al puerto de Gaeta. El 9 de febrero de 1849, la asamblea nacional declaró el cese del poder temporal del Papa, proclamó la república y confiscó los bienes de la Iglesia.

Pío IX pidió ayuda a Francia, España, Nápoles y Austria, cuyos ejércitos intervinieron y restituyeron al Papa sus posesiones. Desde entonces, tropas francesas permanecieron en Roma para proteger la soberanía pontificia. La cuestión romana estaría en adelante en la mente de todos; el nacionalismo italiano contra el poder temporal del Papa que se sabía albacea de propiedades que no le pertenecían, pero que era su deber preservar.

El 17 de marzo de 1861, Víctor Manuel de Saboya fue proclamado rey de Italia. La ciudad de Roma fue escogida como capital de la Italia unificada pero, de momento, Francia evitó que se la quitasen al Papa. Sin embargo, cuando estalló la guerra franco-prusiana, a Napoleón III no le quedó más remedio que retirar su ejército. El 20 de septiembre de 1970 las tropas italianas invadían Roma, bombardeando la ciudad y marchando por sus calles. Pío IX capituló para evitar derramamiento de sangre. Los Estados Pontificios habían desaparecido.

V. De la Ley de las Garantías al Tratado de Letrán

En 1871 el Parlamento aprobó la “Ley de las Garantías”. La ley consideraba inviolable a la persona del Papa, reconocía su capacidad de legación activa y pasiva, y le concedía el uso de los palacios del Vaticano, Letrán y de las villas de Castelgandolfo, además de una renta de tres millones y cuarto de francos. El Papa no aceptó y desde entonces permaneció enclaustrado en el Vaticano.

León XIII (1878-1903) sucedió a Pío IX, el Papa que hasta el día de hoy ha estado más tiempo en funciones. El pontificado de León XIII –también uno de los más largos, 25 años– estuvo marcado por una sensible preocupación por la cuestión social, pero también fue un hábil diplomático que, aún sin territorio, logró establecer relaciones con la Rusia de los zares, Japón y tener un delegado apostólico en Estados Unidos. León XIII defendió la causa de la soberanía pontificia en una época caracterizada por una política anticlerical y liberal del gobierno italiano que nacionalizó los bienes de la Iglesia, cerró conventos, suprimió órdenes religiosas y la enseñanza religiosa de las escuelas, etc.

Sucedieron a León XIII los papas Pío X y Benedicto XVI quienes se abocaron más a la búsqueda de una solución a la Primera Guerra Mundial. Fue hasta Pío XI (1922-1939) que la cuestión romana recobró el auge necesario, sustentado en la idea central del Magisterio de este Papa: la idea del reino de Cristo, un Cristo que reina también en la vida pública de las naciones (no por nada a Pío XI se debe la introducción litúrgica de la fiesta de Cristo Rey).

Pero llevar a la práctica su programa implicaba la necesidad de una Iglesia libre en la sociedad. Pío XI impulsó una ingente labor concordataria y de acuerdos abundantes que dieron garantías jurídicas a la acción de la Iglesia en varios países.

En 1926 comenzaron una serie de acercamientos entre el reino italiano y representantes del Papa para zanjar la cuestión romana. Benito Mussolini, primer ministro del gobierno del rey (1922-1943), manifestó un deseo de acercamiento a la Iglesia católica. ¿El motivo? Alcanzar una unidad entre el pueblo italiano valiéndose de la fe; de ese modo podía contar con apoyo popular, tan dividido aún por la cuestión romana, y hacer frente a sus pretensiones expansionistas.

El 11 de febrero de 1929 se firmada el Tratado de Letrán entre el reino italiano y la Santa Sede. El tratado, que incluía un concordato, regulaba las relaciones entre ambas partes, naciendo así el Estado de la Ciudad del Vaticano. Firmaron, a nombre del Papa, el cardenal Pietro Gasparri y, a nombre del rey Víctor Manuel III, Benito Mussolini. “En realidad, la Santa Sede no es soberana porque exista el Estado Vaticano, sino que, por el contrario, la creación de este Estado es consecuencia de la soberanía propia de la naturaleza de la Iglesia”.

Pío XI fue consciente del sacrificio que supuso renunciar definitivamente a lo que 59 años antes aún era parte del Patrimonio de san Pedro, pero, como explicó a los cardenales, “A causa de las indudables ventajas que presentan los Pactos en el terreno espiritual, hemos tenido que resignarnos a sacrificar mucho de lo temporal”.

VI. El Vaticano hoy

Al día de hoy, el Vaticano sostiene relaciones diplomáticas con 177 países. Desde el punto de vista político, se trata de una monarquía absoluta de carácter electivo. En el Papa recae el poder ejecutivo, legislativo y judicial. El gobierno de la Ciudad del Vaticano está delegado en un gobernador, responsable directo ante el Papa (desde el 15 de septiembre de 2006 el gobernador es el cardenal Giovanni Lajolo). La Secretaria de Estado representa a la Santa Sede en las relaciones diplomáticas con los países. El poder judicial es ejercido por los tribunales eclesiásticos como el de la Rota Romana y el Supremo de la Signatura Apostólica.

No obstante las pequeñas dimensiones de su territorio, el Vaticano cuenta con moneda propia, servicio postal, filatélico, telefónico, telegráfico, una conocida farmacia, un centro televisivo, centro comercial, una cadena de radio, tren, el diario L´osservatore Romano, una casa editorial, un banco (con cajeros automáticos en latín), uno de los museos más ricos e importantes del orbe y el ejército más pequeño del mundo: la guardia suiza, que se ocupa de la seguridad interna del Vaticano y de la del Papa.

Su población es de aproximadamente 1.000 habitantes y su idioma oficial es el latín. Gozan también de extraterritorialidad, como propiedad Vaticana, las villas pontificias de Castelgandolfo, las basílicas mayores de san Juan de Letrán, santa María la mayor y san Pablo extramuros, además de algunos edificios esparcidos por la ciudad de Roma y propiedades como las catacumbas.

Y ¿por qué una realidad temporal para una misión espiritual? La soberanía temporal es la garantía de su independencia espiritual; la independencia del Papa frente a cualquier otro poder político y su libertad frente a condicionamientos externos en la guía de la Iglesia universal. Sí, son 44 hectáreas, un pequeño territorio, pero la misión es grande: guiar sin impedimento la conciencia de todos los fieles católicos del mundo.

Ya lo decía Pío XI, “cuando un territorio puede enorgullecerse de poseer la columnata de Bernini, la cúpula de Miguel Ángel, los tesoros de ciencia y de arte contenidos en los Archivos y las Bibliotecas, en los museos y galerías del Vaticano; cuando un territorio cubre y guarda la tumba del Príncipe de los Apóstoles, se tiene el derecho de afirmar que no existe en el mundo un territorio más grande y más precioso”.

Se puede visitar la página oficial del Estado de la Ciudad del Vaticano en español en http://www.vaticanstate.va/ES/homepage.htm

Bibliografía:

- Johnson P., Historia del cristianismo, ed. Vergara Grupo Zeta, Barcelona 2004

- Hughes P., Síntesis de historia de la Iglesia, Herder, Barcelona 1981

- De Wohl L., Fundada sobre roca, Palabra, Madrid 1998

- Llorca – G.-Villoslada – Laboa, Historia de la Iglesia Católica II Edad Media, La cristiandad en el mundo europeo y feudal (800-1303), Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 2003

- Llorca – G.-Villoslada – Laboa, Historia de la Iglesia Católica V Edad Contemporánea, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 2003