jueves, 22 de octubre de 2009

LO QUE SABEMOS SOBRE HIPATIA DE ALEJANDRÍA. MATEMÁTICA Y FILÓSOFA.

LO QUE SABEMOS SOBRE HIPATIA DE ALEJANDRÍA
MATEMÁTICA Y FILÓSOFA

ASESINADA EN MARZO DEL 415


Fuente: primeroscristianos


DATOS QUE PARECEN MÁS SEGUROS

1. Hipatia significa "La más grande".

2. No se sabe exáctamente cuándo nació, pero sí que murió en marzo del año 415, en Alejandría.

3. Era miembro de una familia destacada. Su padre, Teón, fue un científico conocido, miembro del Museo, escritor, interesado en textos herméticos y órficos. Tenía una gran erudición matemática y astronómica, especialmente sobre sus predecesores alejandrinos, y contagió a su hija el interés por esas cuestiones.

4. El otro gran interés de Hipatia fue la filosofía. A propósito de esto, formó un grupo (integrado por personas de buenas familias) que basaba su convivencia en el sistema platónico de las ideas y en lazos interpersonales. Esta comunidad presenta rasgos de influencia gnóstica: por ejemplo, hablan de misterios para denominar los conocimientos que les transmite su “guía divina”, y creen que las personas de rango social inferior son incapaces de comprender estas cuestiones.


Retrato idealizado de Hipatia

5. Gozaba de gran autoridad moral entre sus contemporáneos, que admiraban especialmente su autodominio, manifestado en la abstinencia sexual (se mantuvo virgen toda su vida), la modestia en el vestir (se cubría con el llamado “manto filosófico”) y, en general, la moderación en el modo de vida.

6. No practicaba activamente el paganismo, ni le atraía el politeísmo; simplemente lo consideraba un elemento más de la cultura griega que tanto admiraba. Es decir, su platonismo no incluía la celebración de rituales, magia o adivinación.

De hecho, entre sus discípulos había cristianos y personas que simpatizan con el cristianismo (dos de ellos llegaron a ser consagrados obispos, como Sinesio de Cirene). Hipatia protegía a sus alumnos cristianos y había amistad entre éstos y sus compañeros paganos.

7. Se produjo un desencuentro entre el prefecto de la ciudad, Orestes, y el obispo Cirilo, por las injerencias de éste último en cuestiones civiles y los enfrentamientos entre judíos y cristianos (aunque hay que recordar que Orestes era cristiano, como correspondía en esa época a un representante del emperador).

Hipatia se puso del lado de Orestes y recordó a Cirilo el ejemplo de su antecesor, Teófilo, que, a pesar de ambición y su campaña contra el paganismo, no era dictador y buscaba y conseguía el apoyo de las autoridades imperiales: había colaboración armoniosa entre autoridades civiles y eclesiásticas.

De hecho, ella siempre se había relacionado libremente con las autoridades municipales y nunca nadie la había molestado; podía manifestar su independencia política en lugares públicos sin problema, y la gente sabía que los gobernantes buscaban sus consejos.

Ahora, en cambio, empieza a haber rumores de que ella es la causa de que obispo y prefecto no se reconcilien, que se acentúan cuando Orestes se muestra intransigente a una reconciliación con Cirilo. Además, empiezan a circular otros rumores calumniosos sobre Hipatia y su relación con supuestas ceremonias mágicas, hechizos satánicos, etc.

8. Años 414-415: Hipatia pasa de observadora a participante activa en política, ayudando a Orestes a crear una especie de partido político; en respuesta, surge otro que apoya a Cirilo. Los partidarios de éste último se hallan preocupados por la influencia de Hipatia y las relaciones influyentes que posee (entre ellas, algunos cristianos).

9. Marzo de 415: en plena Cuaresma, una multitud, al mando de un tal Pedro, se abalanza sobre la litera de la filósofa cuando ésta volvía a casa tras un paseo por la ciudad. La golpean y la arrastran hasta el Cesarión, un antiguo templo de culto al emperador transformado en iglesia, donde la golpean de nuevo con tejas; a continuación, llevan sus restos hasta el Cinareo, donde los queman.

10. El de Hipatia parece más un asesinato político, no religioso, provocado por viejos conflictos. Tras este hecho, Orestes renunció a la lucha y se fue de Alejandría para siempre, de modo que las únicas protestas que hubo, más bien tímidas, vinieron de los concejales. Finalmente la ciudad se pacificó.



DATOS PROBABLES

1. Existen divergencias entre los expertos sobre la fecha de nacimiento de Hipatia. Las propuestas oscilan entre el 355 y el 370 d.C., aunque la primera resulta más verosímil; en otras palabras, es bastante probable que la filósofa alejandrina rondara los 60 años cuando fue asesinada.

2. El carácter exaltado de los alejandrinos pudo influir decisivamente en el lamentable episodio de la muerte de la filósofa. Dicho carácter se muestra en el hecho de que en aquella época hubo otros crueles asesinatos, como los de dos obispos impuestos a los alejandrinos por la corte imperial de Constantinopla: Jorge de Capadocia, que en el año 361 fue atado a un camello, despedazado y sus restos quemados; y Proterio, que en el 457 fue arrastrado por las calles y arrojado al fuego.

Igualmente, pocos años después del asesinato de Hipatia, en el 422, el prefecto imperial fue muerto en un tumulto. De hecho, el propio obispo Cirilo reprochó al pueblo su carácter levantisco y pendenciero, en su homilía pascual del año 419.



DATOS HIPOTÉTICOS



1. Algunos creen que pudo estar casada con un tal Isidoro, aunque no hay datos que lo demuestren y, a la luz de lo que sabemos, resulta bastante improbable.

2. Tampoco está claro que el asesinato de la filósofa se produjera por orden del obispo Cirilo, aunque algunas fuentes parecen acusarlo indirectamente de ello.

3. Es posible que la actividad política de Hipatia estuviera apoyada por los judíos de la ciudad, puesto que Orestes apoyaba a su vez la resistencia de éstos contra el obispo.







BIBLIOGRAFÍA:

- Dzielska, María, Hipatia de Alejandría, Ediciones Siruela, Madrid, 2004 (2ª edición: 2006).
- Sinesio de Cirene, Cartas, Introducción, traducción y notas de F. A. García Romero, Editorial Gredos, 1995.
- Sócrates Escolástico (Sócrates de Constantinopla), Historia ecclesiastica, libro VII, capítulos 13 a 15.
- Juan Malalas, Chronographia, capítulo 14

martes, 13 de octubre de 2009

EL ESCÁNDALO DE LOS AGROCARBURANTES EN LOS PAÍSES DEL SUR

El escándalo de los agrocarburantes en los países del Sur

La idea de extender el cultivo de los agrocarburantes en el mundo y particularmente en los países del Sur es desastrosa. Forma parte de una perspectiva global de solución a la crisis energética



En los próximos 50 años tendremos que cambiar de ciclo energético, pasando de la energía fósil, que es cada vez más rara, a otras fuentes de energía. En el corto plazo es más fácil de utilizar lo que es inmediatamente rentable, es decir los agrocarburantes. Esta solución, al reducirse las posibilidades de inversión y al esperar ganancias rápidas, parece la más requerida a medida que se desarrolla la crisis financiera y económica.

Como siempre, en un proyecto capitalista, se ignora, lo que los economistas llaman, las externalidades, es decir, lo que no entra dentro del cálculo del mercado, para el caso que nos preocupa, los daños ecológicos y sociales. Para contribuir con un porcentaje entre el 25 a 30% de la demanda, a la solución de la crisis energética, se tendrán que utilizar centenas de millones de hectáreas de tierras cultivables para la producción de agroenergía en su mayor parte en el Sur, ya que el Norte no dispone suficientemente de superficie cultivable. Se tendrá, igualmente según ciertas estimaciones, que expulsar de sus tierras al menos a 60 millones de campesinos. El precio de estas « externalidades » no pagado por el capital sino por la comunidad y por los individuos, es espantoso.

Los agrocarburantes son producidos bajo la forma de monocultivos, destruyendo la biodiversidad y contaminando los suelos y el agua. Personalmente, he caminado kilómetros en las plantaciones del Choco, en Colombia, y no he visto ni un ave, ni una mariposa, ni un pez en los ríos, a causa del uso de grandes cantidades de productos químicos, como fertilizantes y plaguicidas. Frente a la crisis hídrica que afecta al planeta, la utilización del agua para producir etanol es irracional. En efecto, para obtener un litro de etanol, a partir del maíz, se utilizan entre 1.200 y 3.400 litros de agua. La caña de azúcar también necesita enormes cantidades de agua. La contaminación de los suelos y el agua llega a niveles hasta ahora nunca conocidos, creando el fenómeno de « mar muerto » en las desembocaduras de los ríos (20 Km² en las desembocadura del Missippi, en gran medida causado por la extensión del monocultivo de maíz destinado al etanol).

La extensión de estos cultivos acarrea una destrucción directa o indirecta (por el desplazamiento de otras actividades agrícolas y ganaderas) de los bosques y selvas que son como pozos de carbono por su capacidad de absorción.

El impacto de los agrocarburantes sobre la crisis alimentaria ha sido comprobado. No solamente su producción entra en conflicto con la producción de alimentos, en un mundo donde, según la FAO, mas de mil millones de personas sufren de hambre, sino que también ha sido un elemento importante de la especulación sobre la producción alimentaria de los años 2007 y 2008. Un informe del Banco mundial afirma que en dos años, el 85% del aumento de los precios de los alimentos que precipitó a mas de 100 millones de personas por debajo de la línea de pobreza ( lo que significa hambre), fué influenciado por el desarrollo de la agroenergía. Por esta razón, Jean Ziegler, durante su mandato de Relator Especial de las Naciones Unidas por el Derecho a la Alimentación, calificó los agrocarburantes de « crimen contra la humanidad » y su sucesor, el belga Olivier De Schutter ha pedido una moratoria de 5 años para su producción.

La extensión del monocultivo significa también la expulsión de muchos campesinos de sus tierras. En la mayoría de los casos, aquello se realiza por la estafa o la violencia. En países como Colombia e Indonesia, se recurre a las Fuerzas armadas y a los paramilitares, quienes no dudan en masacrar a los defensores recalcitrantes de sus tierras. Miles de comunidades autóctonas, en América latina, en África y en Asia, son desposeídas de su territorio ancestral. Decenas de millones de campesinos ya han sido desplazados, sobre todo en el Sur, en función del desarrollo de un modo productivista de la producción agrícola y de la concentración de la propiedad de la tierra. El resultado de todo esto es una urbanización salvaje y una presión migratoria tanto interna como internacional.

Es necesario igualmente anotar que el salario de los trabajadores es bien bajo y las condiciones de trabajo generalmente infrahumanas a causa de las exigencias de productividad. La salud de los trabajadores está también afectada gravemente. Durante la sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos sobre las empresas multinacionales europeas en América latina, realizada paralelamente a la Cumbre europea latinoamericana, en mayo del 2008, en Lima, fueron presentados muchos casos de niños con malformación, debido a la utilización de productos químicos en el monocultivo de plátano, soya, caña de azúcar y de palmeras.

Decir que los agrocarburantes son una solución para el clima, está igualmente a la moda. Es verdad que la combustión de los motores emite menos anhídrido carbónico en la atmósfera, pero cuando se considera el ciclo completo de la producción de la transformación y de la distribución del producto, el balance es más atenuado. En ciertos casos, se convierte en negativo en relación a la energía fósil.

Si los agrocarburantes no son una solución para el clima, si no lo son que de una manera marginal, para mitigar la crisis energética, y si ellos acarrean importantes consecuencias negativas, tanto sociales como medio ambientales, tenemos el derecho de preguntarnos porqué ellos tienen tanta preferencia. La razón es que a corto y mediano plazo aumentan de manera considerable y rápidamente la tasa de ganancia del capital. Es por esto que las empresas multinacionales del petróleo, del automóvil, de la química y del agronegocio, se interesan al sector. Ellos tienen como socios al capital financiero ( George Soros, por ejemplo), los empresarios y los latifundistas locales, herederos de la oligarquía rural. Entonces la función real de la agroenergía, es en efecto ayudar a una parte del capital a salir de la crisis y a mantener o eventualmente aumentar su capacidad de acumulación.

En efecto, el proceso agroenergético se caracteriza por una sobreexplotación del trabajo, la ignorancia de las externalidades, la transferencias de fondos públicos hacia el negocio privado, todo aquello que permite ganancias rápidas, pero también una hegemonía de las compañías multinacionales y una nueva forma de dependencia del Sur con respecto al Norte, todo aquello presentado con la imagen de benefactores de la humanidad ya que producen "energía verde".

En lo que concierne a los gobiernos del Sur, ellos ven ahí una fuente de divisas útiles de mantener, el nivel de consumo de las clases privilegiadas.

Por lo tanto, la solución es, reducir el consumo, sobre todo del Norte y de invertir en nuevas tecnologías (solar especialmente). La agroenergía no es un mal en sí y puede aportar soluciones interesantes a nivel local, a condición de respetar la biodiversidad, la calidad de los suelos y del agua, la soberanía alimentaria y la agricultura campesina. Es decir, lo contrario de la lógica del capital.

En Ecuador, el Presidente Correa ha tenido el coraje de detener la explotación del petróleo de la reserva natural del Yasuni. Esperemos que los gobiernos progresistas de América latina, del África y del Asia, tengan la misma firmeza. Resistir en el Norte como en el Sur, a la presión de los poderes económicos es un problema político y ético. Por lo tanto, denunciar el escándalo de los agrocarburantes en el Sur se constituye en un deber

- François Houtart, Ex-catedrático de la Universidad Católica de Lovaina, fundador del Centro Tricontinental y autor del libro "La Agroenergía-Solución para el clima o salida de crisis para el capital?", Ruth Casa editorial y Ediciones Sociales La Habana, 2009

Fuente: Alai Amlatina, 09/09/09.-

martes, 8 de septiembre de 2009

MAFIAS FARMACÉUTICAS

Martes 08 de Septiembre de 2009
Numero 167
Mafias farmacéuticas
Por Ignacio Ramonet

Le Monde diplimatique




Muy pocos medios de comunicación lo han comentado. La opinión pública no ha sido alertada. Y sin embargo, las preocupantes conclusiones del Informe final (1), publicado por la Comisión Europea el pasado 8 de julio, sobre los abusos en materia de competencia en el sector farmacéutico merecen ser conocidas por los ciudadanos y ampliamente difundidas.

¿Qué dice ese informe? En síntesis: que, en el comercio de los medicamentos, la competencia no está funcionando, y que los grandes grupos farmacéuticos recurren a toda suerte de juegos sucios para impedir la llegada al mercado de medicinas más eficaces y sobre todo para descalificar los medicamentos genéricos mucho más baratos. Consecuencia: el retraso del acceso del consumidor a los genéricos se traduce en importantes pérdidas financieras no sólo para los propios pacientes sino para la Seguridad Social a cargo del Estado (o sea de los contribuyentes). Esto, además, ofrece argumentos a los defensores de la privatización de los Sistemas Públicos de Salud, acusados de ser fosos de déficits en el presupuesto de los Estados.

Los genéricos son medicamentos idénticos, en cuanto a principios activos, dosificación, forma farmacéutica, seguridad y eficacia, a los medicamentos originales producidos en exclusividad por los grandes monopolios farmacéuticos. El periodo de exclusividad, que se inicia desde el momento en que el producto es puesto a la venta, vence a los diez años; pero la protección de la patente del fármaco original dura veinte años. Entonces es cuando otros fabricantes tienen derecho a producir los genéricos que cuestan un 40% más baratos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la mayoría de los Gobiernos recomiendan el uso de genéricos porque, por su menor coste, favorecen el acceso equitativo a la salud de las poblaciones expuestas a enfermedades evitables (2).



El objetivo de las grandes marcas farmacéuticas consiste, por consiguiente, en retrasar por todos los medios posibles la fecha de vencimiento del periodo de protección de la patente; y se las arreglan para patentar añadidos superfluos del producto (un polimorfo, una forma cristalina, etc.) y extender así, artificialmente, la duración de su control del medicamento. El mercado mundial de los medicamentos representa unos 700.000 millones de euros (3); y una docena de empresas gigantes, entre ellas las llamadas " Big Pharma " -Bayer, GlaxoSmithKline (GSK), Merck, Novartis, Pfizer, Roche, Sanofi-Aventis-, controlan la mitad de ese mercado. Sus beneficios son superiores a los obtenidos por los poderosos grupos del complejo militar-industrial. Por cada euro invertido en la fabricación de un medicamento de marca, los monopolios ganan mil en el mercado (4). Y tres de esas firmas, GSK, Novartis y Sanofi, se disponen a ganar miles de millones de euros más en los próximos meses gracias a las ventas masivas de la vacuna contra el virus A(H1N1) de la nueva gripe (5).

Esas gigantescas masas de dinero otorgan a las " Big Pharma " una potencia financiera absolutamente colosal. Que usan en particular para arruinar, mediante múltiples juicios millonarios ante los tribunales, a los modestos fabricantes de genéricos. Sus innumerables lobbies hostigan también permanentemente a la Oficina Europea de Patentes (OEP), cuya sede se halla en Múnich, para retrasar la concesión de autorizaciones de entrada en el mercado a los genéricos. Asimismo lanzan campañas engañosas sobre estos fármacos bioequivalentes y asustan a los pacientes. El resultado es que, según el reciente Informe publicado por la Comisión Europea, los ciudadanos han tenido que esperar, por término medio, siete meses más de lo normal para acceder a los genéricos, lo cual se ha traducido en los últimos cinco años en un sobregasto innecesario de cerca de 3.000 millones de euros para los consumidores y en un 20% de aumento para los Sistemas Públicos de Salud.

La ofensiva de los monopolios farmacéutico-industriales no tiene fronteras. También estarían implicados en el reciente golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en Honduras, país que importa todas sus medicinas, producidas fundamentalmente por las " Big Pharma ". Desde que Honduras ingresó en el ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de América), en agosto de 2008, Manuel Zelaya negociaba un acuerdo comercial con La Habana para importar genéricos cubanos, con el propósito de reducir los gastos de funcionamiento de los hospitales públicos hondureños. Además, en la Cumbre del 24 de junio pasado, los Presidentes del ALBA se comprometieron a "revisar la doctrina sobre la propiedad industrial", o sea, la intangibilidad de las patentes en materia de medicamentos. Estos dos proyectos, que amenazaban directamente sus intereses, impulsaron a los grupos farmacéuticos transnacionales a apoyar con fuerza el movimiento golpista que derrocaría a Zelaya el 28 de junio último (6).

Asimismo, Barack Obama, deseoso de reformar el sistema de salud de Estados Unidos que deja sin cobertura médica a 47 millones de ciudadanos, está afrontando las iras del complejo farmacéutico-industrial. Aquí, las sumas en juego son gigantescas (los gastos de salud representan el equivalente del 18% del PIB) y las controla un vigoroso lobby de intereses privados que reúne, además de las " Big Pharma ", a las grandes compañías de seguros y a todo el sector de las clínicas y de los hospitales privados. Ninguno de estos actores quiere perder sus opulentos privilegios. Por eso, apoyándose en los grandes medios de comunicación más conservadores y en el Partido Republicano, están gastando decenas de millones de dólares en campañas de desinformación y de calumnias contra la necesaria reforma del sistema de salud.

Es una batalla crucial. Y sería dramático que las mafias farmacéuticas la ganasen. Porque redoblarían entonces los esfuerzos para atacar, en Europa y en el resto del mundo, el despliegue de los medicamentos genéricos y la esperanza de unos sistemas de salud menos costosos y más solidarios.



Notas:
(1) http://ec.europa.eu/comm/competition/sectors/ pharmaceuticals/inquiry/index.html
(2) El 90% de los gastos de la gran industria farmacéutica para el desarrollo de nuevos fármacos está destinado a enfermedades que sólo padece el 10% de la población mundial.
(3) Intercontinental Marketing Services (IMS) Health, 19 de marzo de 2009.
(4) Carlos Machado, "La mafia farmacéutica. Peor el remedio que la enfermedad", 5 de marzo de 2007 (www.ecoportal.net/content/view/full/67184).
(5) Léase, Ignacio Ramonet, "Los culpables de la gripe porcina", Le Monde diplomatique en español , junio de 2009.
(6) Observatorio Social Centroamericano, 29 de junio de 2009.

ANTE LA CRISIS DE NUESTRO ESTADO FISCAL

Ante la crisis de nuestro estado fiscal
Por Juan Velarde Fuertes, de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (ABC, 06/09/09):


Una y otra vez, en la muy delicada situación económica en que se encuentra España, se ha de apelar a lo que para siempre señalaron muy grandes economistas. Si esto no se hace, seremos pasto de arbitristas, que con medidas deslumbradoras, pero carentes de seriedad científica, complicarán aun más las cosas, en vez de resolverlas. Y en este caso, los grandes a los que debería pedir consejo todos los días nuestra política económica, son por un lado, el Premio Nobel de Economía, Mundell, y por otra, Schumpeter, ese economista que nunca se apeará del autobús -sigo una imagen suya- que lleva a la decena de los más insignes científicos de este sector de las ciencias sociales. El primero, en un artículo, en 1961, en «The American Economic Review» señaló cómo el pertenecer a un área monetaria óptima, como es el caso de la Eurozona, a cuya existencia se debe la base del estirón de nuestra economía de 1999 a 2007, exige poseer una alta competitividad. España, basta observar nuestros déficit exteriores, y esas quejas que van de Sánchez Asiaín a Molero, de Jaime Terceiro a Segura o a Carlos Sebastián, para comprender que esa condición de Mundell no se cumple.

Pero existe otro persistente y cada vez más colosal déficit, el presupuestario. Según los expertos que mensualmente reúne «The Economist» para avizorar la situación económica de los principales países, y los trabajos de previsión de la Economic Intelligence Unit Forecast, el año 2009 se cerrará con un déficit de nuestro Sector Público del 10,3% respecto al PIB. De los 42 países analizados, sólo superan ese porcentaje Gran Bretaña y Estados Unidos, pero ninguno de los dos pertenece a la Eurozona. Aparece así en España, con mucha fuerza, una situación que fue abordada por Schumpeter en su artículo «Die Krise des Steurstaats», en los «Zeifragen aus dem Gebiete der Soziologie», publicado en 1918; la última edición de su texto en español, apareció en la «Revista Española de Control Externo», mayo 2000. Su gravedad así se expone: «Los Estados fiscales se han derrumbado multitud de veces» y este fenómeno se produce «si la voluntad del pueblo pide gastos públicos cada vez más elevados; si cada vez se utilizan más medios para fines que no son aquellos para los que los individuos particulares los han producido; si cada vez hay más poder detrás de esa voluntad y si, finalmente, todas las fracciones del pueblo son presa de ideas enteramente nuevas». Esto no puede admitirse sin daño, porque, como señalaron Schumpeter y un poco antes Goldscheid en el ensayo «Staatssozialismus oder Staatskapitalisms», así nos envolverá una crisis del Estado fiscal «que provocaría una realidad auténticamente revolucionaria para el Estado moderno: la estructura social no podría quedar como actualmente».

De ahí que se piense en eliminar, casi como sea, esta situación crítica. ¿Se puede resolver con facilidad gracias a una seria reordenación presupuestaria? Esto es, ¿es posible lograrlo en un mundo fiscal como el español que presenta a los responsables fiscales tetanizados ante las decisiones, derivadas de un keynesianismo vulgar, de aumentar como sea el gasto público, para atenuar por ese, aparentemente cómodo sendero, nuestra grave crisis económica? La medicina, absolutamente obligada, de reducción del gasto público, como planearon Bravo Murillo, Fernández Villaverde, Larraz, Barea o Rato, es evidente que espanta. Es claro que se repite aquella respuesta de un incompetente a la frase de Echegaray, pronunciada en 1905, como ministro de Hacienda por última vez, del «santo temor al déficit», criticándola así: «¿No será que Su Señoría siente temor al progreso?», interpretándolo ahora como salir de la crisis con gasto abundante.

Apelar a incrementos impositivos, sin más, carece de sentido. Para siempre en ese artículo ha señalado Schumpeter que si el fisco destruye en parte significativa el beneficio empresarial, ese que es «el premio que el capitalismo concede a la innovación», se liquidarán «brutalmente muchas posibilidades de desarrollo económico». Y no existen muchos márgenes de actuación. El reciente estudio de la empresa de contabilidad KMPG sobre la carga impositiva del IRPF sobre unos ingresos anuales de 70.000 euros muestra que es superior en España a los de Francia, Alemania, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos. Yolanda Gómez probaba en ABC el 30 de agosto de 2009, apoyada en un estudio de la Comisión Europea recogido por el bufete «Equipo Económico» que «España tiene tipos más altos que la media europea en los impuestos que gravan las rentas personales (IRPF), las empresariales (Sociedades) e incluso las rentas del capital». Ir por ahí supondría una catástrofe. ¿No sería posible aumentar el peso del IVA? Tradicionalmente, España resolvía sus problemas fiscales con incrementos de deuda pública y con impuestos sobre el consumo. Pero lo primero, a través del «efecto expulsión», al privar de ahorro a las empresas privadas, genera frenos al desarrollo. Lo segundo, empeora la distribución de la renta, y he aquí que el instrumento fiscal debe evitarlo, porque, como muy bien puntualizó ese gran hacendista que es el profesor Lagares, ello impulsa los salarios al alza, con lo que se daña, de inmediato, la competitividad de nuestra economía, y con ello, se agudiza la crisis. Quizá por ello en Francia, a partir del 1 de julio de 2009, se observan algunas reducciones en el IVA.

En España existe otro problema que es, en esencia, tributario, pues se basa en un impuesto sobre el volumen de salarios: el derivado del gasto social. La cotización de las empresas coloca a España, tras Bélgica, en el segundo lugar por carga en la UE-15- Caminar algo más por ahí resulta imposible. Incluso se ha planteado aliviar esta situación, aunque es evidente que la amenaza que se alza desde el lado de la financiación de las pensiones, es clarísima, a causa del envejecimiento de nuestra población. Escalofría revisar esto a la luz del artículo de Martín Guijarro Garo y Oscar Peláez Henares, «Proyección a largo plazo de la esperanza de vida en España», publicado en «Estadística Española», enero-abril 2009. Se observa que se está operando «un envejecimiento de la propia vejez» en España. Pero, ¿la economía española puede soportar esa financiación tal como está estructurada? No existen, pues, demasiadas opciones para salir del pozo en el que, por esta crisis del Estado fiscal, ha caído la economía española. En el fondo se reducen a una muy seria reducción del gasto público, continuada con una reorganización tributaria, aquella que hace ya algunos años exigieron, por supuesto en vano, los discípulos del profesor Fuentes Quintana. Ha llegado, pues, el momento de recabar de una serie de hacendistas importantes -ahí están los nombres, y hay más, de los Lagares, los Barea, los González-Páramo, los Monasterio, y la formulación de una seria propuesta técnica de reforma tributaria.
Finalmente, como dice para siempre en ese artículo Schumpeter, para resolver este problema «lo peor que se puede hacer es emprender semejante tarea con medios políticos inadecuados y con patente incertidumbre».

¿QUÉ HACER CON AFGANISTÁN?

¿Qué hacer con Afganistán?
Por Antoni Segura, catedrático de Historia Contemporánea de la UB (EL PERIÓDICO, 07/09/09):


La invasión militar de Afganistán en el otoño del 2001 fue relativamente fácil, y el fin del régimen talibán se dio por hecho. Pero la realidad era bastante más compleja. El régimen talibán no configuraba un Estado en el sentido en el que lo entendemos habitualmente. Era, como tantas otras veces en el pasado, un acuerdo entre jefes tribales, líderes religiosos y señores de la guerra bajo la preeminencia ideológica del sector más radicalizado del movimiento deobandi, que preconiza una versión muy rigurosa, rígida y conservadora del islam, la discriminación de sexo, la prohibición de la música y los juegos (las estrellas dejaron de surcar los cielos de Afganistán con los talibanes) y las ejecuciones y castigos públicos.

El movimiento nació a finales del siglo XIX y se extendió por Pakistán, Afganistán y otros países asiáticos. Actualmente, se encuentra fuertemente implantado en la región fronteriza pastún, entre Afganistán y Pakistán, y los talibanes surgieron de las escuelas deobandis de esa región.
En realidad, pues, la invasión no acabó con los talibanes, sino que estos se diluyeron entre una población que, en buena medida, comparte unos principios tradicionales similares a los suyos. Un país en el que, además, secularmente, los señores de la guerra y los líderes religiosos y tribales tienen más fuerza y credibilidad que las instituciones de un Estado que apenas existe más allá de los barrios residenciales de Kabul. Un ejemplo paradigmático es la ascendencia del general uzbeco Abdul Rashid Dostum, que controla con mano de hierro el norte del país. Primero luchó con el Ejército Rojo contra los muyahidines; después, contra los soviéticos; más tarde. contra los talibanes, y ahora, tras haber sido jefe de las fuerzas armadas y de un breve exilio en Turquía, Hamid Karzai lo ha incorporado a su candidatura a cambio de olvidar sus crímenes de guerra y del 10% de los votos que le garantiza.
Hoy, después de ocho años de esfuerzos militares, la realidad es que los talibanes tienen una presencia permanente en buena parte del país y que la democracia no ha arraigado. Difícilmente podía ser de otro modo, puesto que las tropas de la OTAN han fracasado en la reconstrucción de un país devastado por décadas de guerra, no pueden garantizar la paz en buena parte del territorio y sus acciones militares causan daños colaterales (el viernes murieron al menos 90 personas, la mayoría civiles, como consecuencia de un bombardeo de la OTAN en Kunduz) que provocan el rechazo de la población a la presencia de unas tropas progresivamente consideradas de ocupación.

Las fiestas organizadas por los guardias de seguridad en la embajada de EEUU en Kabul tampoco ayudan a mejorar la imagen de los extranjeros. Las elecciones presidenciales del pasado 20 de agosto, boicoteadas por los talibanes, no lograron ni tan solo llegar al 50% de la participación. Y es que, en las actuales circunstancias y mientras no exista una misión clara (reconstrucción y pacificación) para las tropas desplazadas a Afganistán, los talibanes tienen todas las de ganar. Se identifican y se ocultan entre la población y disponen de un vivero inagotable en las zonas fronterizas con Pakistán. Además, sin Estado no existe democracia posible, y con miseria, señores de la guerra, líderes tribales y religiosos y cultivo de opio no hay Estado.
Es por ello que las incidencias que han tenido las tropas españolas en Afganistán en los últimos días deberían constituir un serio punto de reflexión. No es un problema de si fueron delincuentes comunes (el incidente en el que resultó herido un sargento del Ejército español), como dijo la ministra de Defensa, Carme Chacón, o talibanes, porque con frecuencia los dos se confunden y son, al mismo tiempo, una cosa y la otra. La realidad es que, con la excepción de determinadas zonas de Kabul, las tropas extranjeras no pueden garantizar la seguridad mucho más allá de sus acuartelamientos sin exponerse a los ataques de los talibanes que utilizan las mismas emboscadas y técnicas militares que los muyahidines utilizaron contra el Ejército Rojo.
Tampoco el Gobierno de Karzai es capaz de garantizar un mínimo de seguridad: el pasado 2 de septiembre el número dos de los servicios secretos afganos perdió la vida en un atentado en Laghman.

En conclusión, a pesar de que Chacón estudia mandar más tropas a Afganistán, en las actuales circunstancias sería conveniente que, primero, se aclararan cuáles son los objetivos y la misión de las tropas españolas; segundo, que la decisión no dependa solo del Gobierno, sino que sea fruto de un amplio debate parlamentario en el que todas las fuerzas políticas expongan claramente su posición.
Esta reflexión es urgente, porque los mandos de los principales países implicados consideran que es preciso cambiar la estrategia militar en Afganistán: la acción terrestre es efectiva contra la insurgencia, pero provoca muchas bajas entre los soldados de la OTAN, con las consecuencias electorales correspondientes en los países implicados. Los bombardeos son efectivos, pero no discriminan entre población civil e insurgentes, lo cual incrementa el rechazo de los afganos a la presencia de tropas extranjeras. Este es el dilema, de difícil salida. Hay que ir con pies de plomo, no fuera el caso de que Afganistán acabara siendo el Vietnam de la OTAN, como le sucedió en la década de los años 80 del siglo XX al Ejército Rojo.

martes, 11 de agosto de 2009

LOS CINCO DÍAS QUE ESTREMECIERON EL CÁUCASO

Martes 11 de Agosto de 2009
Mayo 2009. Numero 163
Los cinco días que estremecieron al Cáucaso
Por Vicken Cheterian, enviado especial

Fuente: Le Monde diplomatique



¿Por qué Georgia atacó Osetia del Sur el 7 de agosto de 2008? La respuesta rusa sembró el pánico en las cancillerías, confirmando el riesgo de la desestabilización de un Cáucaso bajo tensión. Algunos meses después de la humillante derrota del ejército de Tiflis, los pormenores de esta guerra relámpago permanecen difusos. Sus consecuencias también. El apoyo internacional al gobierno de Georgia se ha ido diluyendo. En el seno de la población georgiana, el devenir de las dos provincias separatistas, Abjasia y Osetia, suscita reacciones encontradas.


Una estatua gigante de Joseph Stalin impera aún en el centro de Gori, en Georgia, ciudad natal del ex dirigente de la URSS. A unos cientos de metros, la vieja aula de una escuela primaria alberga a Nana Beruashvili, de 46 años, y a sus dos hijos, así como a otras cuatro familias desplazadas. Una decena de kilómetros la separan de Eredvi, su pueblo natal en Osetia del Sur, muy cerca de Tsjinvali, la capital. Dos días después del inicio de los combates, el 7 de agosto de 2008, Beruashvili huyó del lugar. Hoy ya no puede volver a su casa. Está destruida. "Los osetios me exigen que saque un pasaporte ruso, si quiero volver -explica-. Nadie en el pueblo puede aceptarlo. ¡Somos georgianos!".

Beruashvili no siente sin embargo ningún odio por los osetios, y la calidad de sus relaciones con los habitantes de los pueblos vecinos lo demuestra. El 5 de agosto de 2008, dos días antes del comienzo de la guerra, se dirigió por última vez al mercado de Tsjinvali, donde vendió lechugas y tomates, e hizo algunas compras antes de tomar el autobús para Eredvi. Aunque su pueblo, bajo control de la policía georgiana, esté rodeado de aglomeraciones osetias, la situación estuvo en calma hasta el fatídico día. A pesar de su dolor y las pérdidas sufridas, Beruashvili asegura que los osetios son "buena gente" que sólo quieren una cosa: paz y seguridad.



En Georgia, habría podido esperarse una fuerte hostilidad respecto de los osetios o los rusos. Ahora bien, en las calles de Tiflis, la capital, aún se oye hablar ruso, especialmente en los barrios con gran concentración de minorías, donde esta lengua sigue siendo predominante. Si bien, a lo largo de los últimos años de la era soviética la movilización étnica y las tensiones intercomunitarias generaban enfrentamientos y guerras, incluso en Osetia del Sur, actualmente no existe ningún problema de este tipo en Georgia. El conflicto es de otra naturaleza: enfrenta a ejércitos regulares que se encuentran bajo las órdenes de sus dirigentes. La pregunta "¿quién desató la guerra?" está cargada pues de consecuencias políticas.

Esta guerra de cinco días, desatada el 7 de agosto de 2008, continúa siendo un enigma. ¿Por qué los georgianos enviaron sus tropas a Tsjinvali, cuando las fuerzas rusas se estacionaban allí bajo el mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)? ¿Por qué los países occidentales y en particular Estados Unidos no hicieron todo lo necesario para impedir la posible destrucción de su aliado, aun a riesgo de hacer tambalear una vez más su imagen internacional? La concentración de fuerzas georgianas y rusas en el interior y alrededor de Osetia del Sur y -anteriormente- en Abjasia, era un signo flagrante de violencia en ciernes. En 2004 y 2006, Estados Unidos se había opuesto a la invasión a Osetia del Sur por parte de Georgia, lo que causó entre otras cosas el desplazamiento del ministro de Defensa georgiano Irakli Okruashvili, un belicista que había hecho la promesa de celebrar el comienzo de 2007 en Tsjinvali. ¿Por qué no se opuso esta vez?

Consultado sobre la estrategia de su país y sobre sus errores, Alexander Lomaia, secretario del Consejo de Seguridad Nacional georgiano y colaborador cercano del presidente Mijail Saakashvili (1), afirma que los medios de comunicación occidentales cometieron un error al dar a entender que Georgia había provocado el conflicto: "La guerra no tenía como objetivo ‘proteger a los ciudadanos rusos' (tal como pretendían los dirigentes rusos). Nada tenía que ver con Osetia del Sur, ni tampoco con Georgia. Es Rusia la que quiere imponerse y rediseñar unilateralmente el mapa de Europa". Según él, y a pesar de las malas relaciones bilaterales, los dirigentes georgianos estaban dispuestos, antes de la guerra, a discutir con Moscú: "Les hicimos saber claramente a nuestros aliados rusos que estábamos dispuestos a negociar todo, excepto la soberanía y la integridad nacionales". Lomaia insiste en lo que devino actualmente la posición oficial de Tiflis: fueron los movimientos masivos de las tropas rusas la noche del 7 de agosto (más de ciento cincuenta camiones militares atravesando las montañas rusas del Cáucaso por el túnel de Roki en dirección a Osetia del Sur) los que obligaron a Georgia a reaccionar para defender su territorio (2).

La cronología de los hechos, establecida por los medios de comunicación, no corrobora la teoría georgiana de la autodefensa. En octubre de 2008, apenas unos días después de la retirada de las tropas rusas de la "zona tapón", visitamos el pueblo de Ergneti, a escasos dos kilómetros al sur de Tsjinvali. Destruidas en gran parte, la mayoría de sus viviendas fueron incendiadas desde dentro luego de haber sido sin duda saqueadas. Sólo una casa presentaba impactos de balas y explosiones, prueba de que ningún combate serio se había librado en el pueblo. Si las tropas georgianas hubieran querido defender a su país de una eventual invasión rusa, es ahí donde habrían debido intervenir.




Después de la guerra, los medios de comunicación occidentales apoyaron en gran medida a Georgia, reconociendo que ésta había provocado el ataque contra Tsjinvali. Sin embargo, no deja de ser cierto que en tres días, el ejército georgiano estaba prácticamente desintegrado, mientras que las fuerzas rusas avanzaban hacia el corazón de Georgia, ocupando la ciudad de Gori -dividiendo así al país en dos- así como Zugdidi, Poti y Senaki, ciudades situadas al oeste del país. Todos temían que las Fuerzas Especiales rusas penetraran en Tiflis para detener a los dirigentes georgianos. Si Moscú lo hubiera decidido, ningún obstáculo militar lo habría impedido. Convirtiendo así a Georgia en una víctima potencial a los ojos de los medios de comunicación.

Pero, a partir de la retirada de las fuerzas rusas del territorio georgiano detrás de las antiguas fronteras administrativas soviéticas de Osetia del Sur y de Abjasia, la situación cambió. Se impuso entonces una pregunta: ¿por qué atacó Georgia (3)? Las respuestas dadas por los dirigentes georgianos no han sido consideradas satisfactorias y el país ya no tiene muy buena prensa. Basándose en las declaraciones de dos observadores militares de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), The New York Times se preguntó sobre la responsabilidad de Georgia en el conflicto: "El ejército georgiano, inexperto, atacó la capital separatista aislada de Tsjinvali, el 7 de agosto, haciendo un uso indebido de la artillería y los misiles, poniendo así en peligro a civiles, a fuerzas para el mantenimiento de la paz y a observadores rusos desarmados" (4). Dirigentes georgianos insistieron que sus operaciones militares apuntaban a proteger a varios pueblos con importantes minorías georgianas alrededor de Tsjinvali de los disparos de la artillería. Sin embargo, tal como relata The New York Times , los observadores de la OSCE, luego de haber consultado a diplomáticos occidentales establecidos en Tiflis, afirmaron que no habían comprobado nada semejante.
Las polémicas sobre las responsabilidades en el desencadenamiento del conflicto se multiplican. Bajo la presión de los dirigentes de la oposición, el Parlamento georgiano llevó a cabo una serie de audiencias para aclarar la cuestión. La Unión Europea, por su parte, recurrió a la capacidad de Heidi Tagliavini, una diplomática suiza designada al frente de una comisión especial (5).

Sin embargo, cualesquiera que sean las conclusiones, nunca serán lo suficientemente pertinentes desde el punto de vista político. La comisión presentará su informe en noviembre de 2009; pero Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea ya tomaron posición y las organizaciones internacionales encargadas de manejar la situación en Georgia dieron muestras de su impotencia: a pesar de sus informes cada vez más alarmantes, en 2008, la comunidad internacional no pudo contener la escalada de violencia.

Prueba del gran apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea al gobierno georgiano, el 22 de octubre de 2008, en Bruselas, los países donantes prometieron la suma de 3.440 millones de euros (6). Destinada a la asistencia humanitaria y a la reconstrucción, la ayuda internacional servirá también para estabilizar las finanzas del país e impedir una crisis económica mayor como consecuencia del conflicto. Estos fondos, esenciales para la administración georgiana, evitarán el deterioro económico y la movilización de la oposición en las calles de Tiflis.

Nino Burjanadze, ex portavoz del Parlamento georgiano, afirma "Lo que se produjo en Osetia del Sur fue una provocación preparada durante mucho tiempo por Rusia. El problema es que nuestro propio gobierno nos ha empujado a esta trampa". Para ella, la resolución del conflicto en Abjasia y Osetia del Sur es un asunto que llevará mucho tiempo y "que excluye el recurso a la fuerza". "Este gobierno es incapaz de construir la confianza", se lamenta. El 18 de agosto, solicitó la apertura de una investigación sobre los orígenes de la guerra (7). Durante mucho tiempo considerada la segunda personalidad política de Georgia, Burjanadze ya había tomado distancia de Saakashvili en abril. Desde entonces, sus diferencias no dejaron de acentuarse y, en noviembre, anunció la creación de un nuevo partido de oposición. A fines de diciembre, Irakli Alasania, ex embajador de Georgia en Nueva York, reunió a su vez a la oposición y llamó a elecciones anticipadas.

¿Alentarán a la oposición georgiana estas nuevas defecciones? ¿Están contados los días de la Administración de Saakashvili? No es posible asegurarlo. Los demás partidos opositores dudan en sumarse a Burjanadze, quien permaneció en el poder cuando las autoridades georgianas reprimieron las manifestaciones de la oposición, el 7 de noviembre de 2007, y cuando las tropas del Ministerio del Interior destrozaron las oficinas del canal de televisión Imedi.

Es verdad que en otoño de 2007, una coalición de partidos de oposición georgianos había logrado movilizar a miles de personas insatisfechas con las reformas sociales y económicas. Pero la estrategia de Saakashvili y la debilidad de la oposición pusieron fin a esta reacción popular. A petición de la oposición, que reclamaba nuevas elecciones parlamentarias, el presidente georgiano organizó primero un escrutinio presidencial, en enero de 2008, en el que obtuvo, en primera vuelta, el 53,47% de los votos.

A pesar de las protestas de la oposición que, denunciando múltiples fraudes, exigió una segunda vuelta, la suerte estaba echada: en mayo, el partido en el poder, el Movimiento Nacional Unido (MNU), se impuso en las elecciones parlamentarias. A menos que los occidentales (europeos y norteamericanos) retiren su apoyo a Saakashvili, o que una crisis económica mayor genere nuevas manifestaciones, la oposición georgiana tiene pocas posibilidades de derrocar a la Administración actual, o incluso de cambiar el curso de la vida política.

A pesar de todo, se perciben cambios en el seno de la población. En marzo de 2007, en Tiflis, un centro para la defensa de los derechos humanos -The Human Rights Centre (HRIDC)- lanzó una campaña de disculpas al pueblo abjasio por la guerra librada en 1992 por Georgia (8). La primera, la organización no gubernamental (ONG) quería provocar un debate sobre el papel de Georgia en un conflicto que lleva más de quince años, en el momento mismo en que las tensiones amenazaban con generar nuevas guerras.

Esta campaña revestía una importancia excepcional en la medida en que expresaba la idea de que la normalización entre ambos pueblos debía pasar, del lado georgiano, por el reconocimiento de los miedos existenciales de los abjasios, traumatizados por la guerra. La elite política georgiana había ignorado siempre los temores reales y legítimos de los pueblos abjasio y osetio. A pesar de su victoria militar en 1993, los abjasios siguen siendo muy vulnerables y aún temen ser aniquilados en un conflicto prolongado con Georgia. La población de abjasios que vive en Abjasia se estima en noventa y cuatro mil personas (9).

En Osetia del Sur, los temores eran más inmediatos. Contrariamente a la de Abjasia, la población georgiana no vivió una limpieza étnica durante la guerra anterior (1989-1992), lo que aceleró evidentemente la normalización de las relaciones tras la firma del cese el fuego. A pesar de la ausencia de iniciativas de paz serias y de la existencia de un bloqueo oficial de la república secesionista, cuando Saakashvili accedió al poder, en 2004, la convivencia entre osetios y georgianos se había restablecido.




Pero, a partir de esa fecha, el retorno de las presiones políticas y militares sobre Osetia del Sur para que volviera al seno georgiano reveló la precariedad de las posiciones osetias: Tsjinvali, ciudad de treinta mil habitantes, fue inmediatamente rodeada en todas partes por pueblos georgianos cuya seguridad estaba en manos de la policía georgiana. La construcción de una importante base militar en Gori, a menos de media hora en automóvil de Tsjinvali, representaba para los habitantes de la capital osetia una amenaza constante (10).

Diferencias fundamentales separan a Abjasia de Osetia del Sur. Ésta última es una región pobre y montañosa sin mayor importancia estratégica, contrariamente a Abjasia, dotada de un importante potencial agrícola y turístico gracias a su extensa costa sobre el Mar Negro. Devenida totalmente dependiente de la ayuda rusa, Osetia del Sur ha manifestado en varias ocasiones su deseo de integrar la Federación Rusa. Sus dirigentes políticos y militares son designados por el Kremlin -como Aslanbek Bulatsev-, ex director de los servicios fiscales de Osetia del Norte (una república de la Federación Rusa), designado recientemente Primer Ministro de Osetia del Sur (11). Abjasia, en cambio, se ha preocupado siempre por conservar su independencia y jamás expresó el deseo de formar parte de la Federación Rusa.

El reconocimiento de la independencia de Abjasia y Osetia del Sur por parte de Rusia podría, en el corto plazo, tranquilizar a Tsjinvali. Sin embargo, los problemas que originaron el conflicto persisten y se acentúan. La guerra de agosto de 2008 puso fin a la presencia de las minorías georgianas en Osetia del Sur. Sus pueblos fueron saqueados y destruidos, y más de quince mil de sus habitantes fueron desplazados al interior del territorio georgiano. Osetia del Sur se extiende al sur de las montañas caucásicas y sus vías de comunicación atraviesan el valle central de Georgia; el proyecto de dividir la provincia del resto de Georgia para unirla a Rusia refleja un voluntarismo político que va en contra de su topografía. Semejante situación sólo podría perdurar al precio de fuertes tensiones.

Por otra parte, el ejército ruso contempla construir bases militares en Osetia del Sur y en Abjasia. Confiando en su última experiencia, Georgia planea, por su parte, reconstruir su ejército, adquiriendo esta vez misiles antitanques y antiaéreos modernos. La guerra incrementó la amenaza: antes, Tiflis había combatido a los movimientos separatistas de minorías étnicas; en 2008, combatió al ejército ruso.

La guerra produjo también el retorno de bases militares rusas al corazón del territorio georgiano, apenas un año después de la evacuación de las bases rusas de Batumi y Ajalkalaki. Ronald Mangum, general estadounidense retirado establecido en Tiflis desde hace tres años, y supervisor del Programa georgiano para la Reforma de la Defensa, explica: "Antes del conflicto del mes de agosto, Georgia podía proteger su mitad oriental bloqueando el túnel de Roki y el paso de Kazbegi. Pero ahora existe este enorme globo (Osetia del Sur) con una base militar rusa en el centro del país".

El viceministro de Relaciones Exteriores abjasio, Maxim Gunjia, está preocupado por la continuidad de un conflicto de baja intensidad. Según él, el ejército georgiano "insiste en penetrar en Abjasia con el fin de desestabilizar la situación". Afirma además que las autoridades georgianas liberaron recientemente a Dato Shengelia, ex jefe de los Forest Brothers , un grupo de guerrilleros apoyados por el Ministerio del Interior georgiano y que opera en distrito de Gali, en el sur de Abjasia. Estas fuerzas paramilitares fueron desmanteladas tras la elección de Saakashvili en 2004, pero al parecer habrían sido reactivadas a comienzos de 2008 (12). La liberación de Dato Shengelia apuntaría a reanimarlas.

Rusia mantiene las presiones para marginar a Tiflis y los países occidentales en Georgia. Por otra parte se niega a renovar el mandato de la OSCE en Georgia. En lugar de entonar un mea culpa por su fracaso en la prevención de una nueva guerra en el Cáucaso, las organizaciones internacionales administran sus rivalidades internas y se muestran impotentes ante la ofensiva rusa.

La guerra del verano pasado no generará ciertamente una "nueva guerra fría", tal como pudo pensarse entonces. Lo que no es óbice para que Georgia se haya convertido en un laboratorio donde las grandes potencias prueban la extensión y los límites de su poder.


Notas:

(1) Tras el conflicto, Lomaia desempeñó un papel clave en las negociaciones con el ejército ruso (véase el informe de Jonathan Littell, "Carnet de route en Géorgie", Le Monde 2 , París, 3 de octubre de 2008). Desde diciembre de 2008, es representante de Georgia ante Naciones Unidas en Nueva York.
(2) Para defender su posición, Georgia reveló el contenido de las comunicaciones telefónicas entre las Fuerzas Armadas rusas y Osetia del Sur. Los textos están disponibles en inglés en: http://graphics8.nytimes.com/packages/pdf/world/2008/09/20080916_Georgia_Transcript.pdf
(3) Es el caso de algunas investigaciones, como el artículo de Tim Whewell, "Georgia accused of Targeting Civilians", BBC News , 28 de octubre de 2008.
(4) C. J. Chivers y Ellen Barry, "Georgia Claims on Russia War Called into Question", The New York Times , Nueva York, 7 de noviembre de 2008.
(5) Philippa Runner, "EU Drafts Broad Mandate for Georgia War Probe", EUobserver , Bruselas, 19 de noviembre de 2008.
(6) "Georgia Donors Conference", Ec.europa.eu, Bruselas, 22 de octubre de 2008.
(7) Matt Robinson y Margarita Antidze, "L'opposition géorgienne promet de poser des questions difficiles", Reuters, Tiflis, 18 de agosto de 2008.
(8) www.apsni.org
(9) Según datos oficiales abjasios publicados en 2003, la población total de Abjasia ascendería a 215.000 personas. Según otras cifras, los abjasios que viven en Abjasia serían 70.000.
(10) Vicken Cheterian, "La revolución de las rosas", Le Monde diplomatique en español , julio de 2007.
(11) James Kliner, "South Ossetia appoints former Russian official as PM", Reuters, Moscú, 22 de octubre de 2008.
(12) International Crisis Group, "Georgia and Russia: Clashing over Abkhazia", Europe Report , N° 193, 5 de junio de 2008.

ENTREVISTA A EMILIO MARTÍNEZ ALBESA




Balance de 150 años de separación Iglesia-Estado en México

Entrevista al historiador Emilio Martínez Albesa


ROMA, jueves 30 de julio de 2009 (ZENIT.org).- México está cumpliendo en este verano 150 años de las Leyes de Reforma, con las que Benito Juárez fijó la separación entre la Iglesia y el Estado.

ZENIT ha entrevistado al historiador Emilio Martínez Albesa, autor de la obra "La Constitución de 1857. Catolicismo y liberalismo en México" (3 tomos, Porrúa 2007) y profesor de Historia de América en la Universidad Europea de Roma.


--¿Por qué recordar todavía la Reforma de Benito Juárez?

--Dr. Martínez: Porque el México contemporáneo no puede entenderse si no es a partir de la Reforma juarista. A mediados del siglo XIX, separar el Estado y la Iglesia era una exigencia de los tiempos y, en este sentido, el movimiento de Reforma representó un esfuerzo por modernizar el país. Los obispos mexicanos estaban reclamando la independencia entre la Iglesia y el Estado desde la década de 1830 porque "lo temporal nada tiene que ver con lo espiritual, ni lo espiritual con lo temporal" (decía el Obispo de Michoacán Gómez de Portugal en 1835) y "ni el sacerdocio debe tener intervención en las cosas del orden civil, ni la potestad secular en el culto religioso" (diría el Obispo de Guadalajara Pedro Espinosa en 1860). Éstas son frases que también podía haber suscrito el mismo Benito Juárez.

--¿Por qué entonces la oposición entre los obispos y el Presidente Juárez?

--Dr. Martínez: Juárez deseaba una "perfecta independencia entre los negocios del Estado y los puramente eclesiásticos" (Manifiesto del 7 de julio de 1859), fijando para su Reforma un doble objetivo: "la independencia absoluta del poder civil y la libertad religiosa" (Carta a Pedro Santacilia del 12 de julio de 1859). Sin embargo, tomó como criterio de separación la idea de que lo todo lo social era competencia del Estado y que la religión era asunto del interior de cada individuo, con lo cual más que una separación absoluta o neta obtuvo una separación unilateral, separando la Iglesia del Estado pero no el Estado de la Iglesia y procurando aislar a la Iglesia del resto de la sociedad. Ahora bien, la oposición entre los obispos y Juárez tuvo una historia y sus relaciones no permanecieron inalteradas a lo largo de los años de su gobierno. De cualquier forma, la "tradición" mexicana de "estado laico" mencionada por el nuevo Embajador de México ante la Santa Sede --Sr. Ling Altamirano-- en su discurso al Papa del pasado 10 de julio, arranca precisamente de la reforma legislativa de Juárez.

--¿Y esa reforma legislativa fue anticatólica o no?

--Dr. Martínez: La interpretación de la Reforma liberal de Benito Juárez como persecutoria de la Iglesia es correcta pero parcial. Indudablemente fue anticatólica e incluso antirreligiosa y, para demostrarlo, basta considerar la aplicación histórica de sus disposiciones: destrucción de conventos, templos y bienes sacros, prohibición de ingresar a la vida religiosa, de vivir en comunidades religiosas (las cuales fueron disueltas a la fuerza) y de emitir votos religiosos, supresión de los cabildos catedralicios, disolución de las asociaciones de laicos católicos, imposición de limitaciones para expresar en público el propio credo aun en la manera de vestir, control ideológico de la educación por parte del Estado, imposición del matrimonio civil, nacionalización de los bienes eclesiásticos, etc.; además de la ruptura de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, de la expulsión de los obispos y hasta de la muerte de algunos sacerdotes a manos de extremistas. No era ciertamente una época en la que dominara la razón. Y sin embargo ésta es una interpretación parcial porque olvida lo fundamental: la Reforma fue un intento de garantizar la libertad religiosa respondiendo a las expectativas de esos tiempos de una mayor civilización de la vida social; un intento de establecer un marco de convivencia, de libertad y de respeto válido para todos, más allá de la confesión religiosa de cada uno, remitiendo al derecho natural del ser humano. Este intento se centró en el fortalecimiento de un Estado supervisor de lo religioso, en la negación de la personalidad jurídica de la Iglesia y en la expulsión de la Iglesia de la sociedad, pretendiendo alcanzar la neutralidad religiosa del Estado mediante un indiferentismo religioso por parte del Gobierno presentado como una exigencia de la igualdad. Sobre estas bases, el intento se desvirtuaría produciendo de hecho limitaciones a la libertad religiosa de los mexicanos porque sus ideólogos no supieron distinguir entre la sociedad y el Estado, ni desprenderse de tópicos de los últimos veinticinco años, ni atender a la situación real de la sociedad; sin embargo, no fue un intento inútil ni dejó de producir algunos frutos buenos.

-- ¿Cuáles fueron por ejemplo esos frutos buenos?

--Dr. Martínez: Creo que no han de buscarse en el área social. A pesar de la voluntad declarada de sus autores de reformar la sociedad según las exigencias del progreso, el cambio social que produjeron las leyes de Reforma no parece que haya ido mucho más allá del empobrecimiento de la Iglesia mexicana, el desposeimiento de las comunidades indígenas, el deterioro del patrimonio artístico nacional, el mayor enriquecimiento de una minoría de personas ya pudientes y la desarticulación de la educación. Ahora bien, estas leyes tuvieron una clara utilidad política, dotando al Gobierno mexicano de una carta que podría jugar siempre que retuviera oportuno exorcizar el peligro de clericalismo, claro que esto a costa de la inseguridad jurídica de la Iglesia..., con lo que la impresión hoy es la de que se trató de matar una mosca con un cañonazo sin medir suficientemente sus consecuencias. Pienso que es sobre todo en el área cultural donde encontramos los mejores frutos de la Reforma: sus leyes testimoniaron que una nueva época había comenzado para México, en la cual el derecho a la libertad religiosa se presentaba como un valor irrenunciable e íntimamente ligado a la libertad de conciencia. Los primeros artículos del decreto del 6 de diciembre de 1860 (la última de las grandes leyes de Reforma) son clara expresión de esto. Pensar en principios universalmente válidos y legislar desde ellos es reconocer la dignidad de la persona humana y tratar de garantizar sus derechos. Así, la Reforma liberal mexicana me hace recordar lo escrito por Juan Pablo II en el capítulo 18 de su libro "Memoria e identidad" (2005) sobre la Ilustración del siglo XVIII, de la cual por cierto es en buena parte heredera: "no sólo dio lugar a las crueldades de la Revolución francesa; tuvo también frutos buenos, como la idea de libertad, igualdad y fraternidad, que son después de todo valores enraizados en el Evangelio" y así "preparó el terreno para comprender mejor los derechos del hombre". En este sentido, la Reforma mexicana puede y debe leerse como un paso adelante en la universalización de los valores humanos animados por el cristianismo, es decir, en el reconocimiento de que determinados valores aprendidos en Occidente del Evangelio son efectivamente válidos para todos los seres humanos sin distinción alguna de credos o ideologías, por emanar de la dignidad de la persona humana y no de privilegios particularistas ni de condiciones históricas ocasionales. Que en las circunstancias del México del siglo XIX la propuesta de libertad de culto ofrecida por los liberales juaristas fuera insuficiente e incluso en alguna medida inconsecuente para la libertad religiosa de la sociedad mexicana de entonces no elimina lo que tiene de conquista.

--¿Pero por qué el Gobierno juarista intentando defender la libertad religiosa le puso en realidad trabas?

--Dr. Martínez: En primer lugar porque la antropología individualista, propia del liberalismo, empujaba a los ideólogos juaristas a desatender la dimensión comunitaria de esos derechos que ellos presentaban como estrictamente individuales y que además querían garantizar de un modo que se abstraía bastante de la realidad histórica. Pero, sobre todo, en segundo lugar, hay que recordar que las leyes de Reforma se expidieron con una intención abiertamente punitiva contra el clero, tal como declararon sus autores, y es muy difícil o imposible que una legislación que pretende castigar por un comportamiento del pasado pueda al mismo tiempo establecer un régimen equilibrado y válido para el futuro correspondiente a las exigencias permanentes de la justicia. En definitiva, faltó el discernimiento del poder político "sobre la contribución de las culturas y de las religiones para la construcción de la comunidad social en el respeto del bien común" al que se ha referido Benedicto XVI en su reciente encíclica (Caritas in veritate, 55).

--Entonces... Benito Juárez, ¿benemérito o desgracia para México?

--Dr. Martínez: La memoria de Benito Juárez suscita la veneración de muchos mexicanos, el respeto de la mayor parte y la denigración de no pocos. Podría señalarle libros que idolatran a Juárez, pintándolo como sobrehumano, y otros libros que lo demonizan, presentándolo como transmisor de todos los males. No obstante, está claro que un hombre no hace un país. Juárez merece ciertamente ser recordado y su memoria, que por tantos años ha servido para aglutinar el sentimiento nacional en torno a ciertos valores cívicos (acatamiento de la ley, secularización de la política, patriotismo republicano), merece ser respetada. Pero esto no quiere decir que la conciencia histórica de la nación pueda edificarse satisfactoriamente a base de homenajes ante las estatuas de Juárez o de otras personalidades del pasado, sacralizando nombres y rostros, sin ahondar libre y racionalmente en los hechos históricos que protagonizaron y en sus consecuencias. Sin entrar a juzgar la bondad o la maldad moral de las intenciones personales de los protagonistas de la historia patria, que escapan a la documentación histórica, las nuevas generaciones necesitan dialogar críticamente con su pasado en función de los retos del presente y no pueden permanecer prisioneras de ideas, proyectos, eslóganes o mitificaciones que tal vez tuvieron justificación o utilidad en el ayer, pero que son cadenas para el hoy y lastres para el mañana. En definitiva, las personalidades históricas merecen el mismo respeto que merece cualquier ser humano fenecido y con herederos que se remiten a su memoria, pero no más. Nadie merece que su recuerdo impida el progreso de la razón, el perfeccionamiento de las condiciones de justicia o la mejora de la convivencia.

--¿Cómo celebrar el actual aniversario de la Reforma mexicana?

--Dr. Martínez: Con madurez, desde el siglo XXI y con visión de futuro. Es decir, analizando desapasionadamente la verdad de lo sucedido hace 150 años, con la conciencia de que la situación actual no es ya la misma y con vistas a valorar más el bien de la libertad religiosa y a mejor garantizarla para las generaciones presentes y venideras. Merece la pena comprometerse con "las causas fundadas en valores universales" a las que se ha referido el Embajador de México ante la Santa Sede el 10 de julio, porque -como él mismo ha dicho- "es necesario volver a levantar las banderas casi olvidadas de la libertad y la justicia con sentido social profundo". La libertad religiosa, acaba de recordar Benedicto XVI a los mexicanos, es "la roca firme donde los derechos humanos se asientan sólidamente" pues "manifiesta de modo particular la dimensión trascendente de la persona humana y la absoluta inviolabilidad de su dignidad" (Discurso del Papa al Embajador de México ante la Santa Sede, 10 de julio de 2009); de manera que negar el "derecho a profesar públicamente la propia religión y a trabajar para que las verdades de la fe inspiren también la vida pública" hace correr "el riesgo de que no se respeten los derechos humanos" "porque se les priva de su fundamento trascendente" (cf. Caritas in veritate, 56). El Estado verdaderamente laico no puede convertirse en un instrumento de evangelización ni tampoco de secularización de la sociedad, sino que debe demostrar su laicidad mediante su empeño en salvaguardar la plena libertad religiosa de los ciudadanos que componen esa sociedad.

lunes, 10 de agosto de 2009

EL NUDO GEORGIANO Y SUS IMPLICACIONES GEOPOLÍTICAS EN EL CÁUCASO.

El nudo georgiano y sus implicaciones geopolíticas en el Cáucaso
Roberto Mansilla (igadi.org, 05/08/2009)




XX Simposio Electrónico Internacional CEID: “Rusia y el espacio ex soviético: política internacional, sociedad, cultura y economía” Octubre-Noviembre de 2009

Georgia parece erigirse como el epicentro geopolítico del Cáucaso post-soviético. La estratégica ubicación geográfica georgiana como territorio de paso de una serie de redes de oleoductos y gasoductos desde el Mar Caspio hacia Occidente, así como la potencialidad de una serie de conflictos separatistas internos con expresión regional, tales como el ocurrido en agosto de 2008 en las regiones de Osetia del Sur y Abjazia, colocan a Georgia como un “punto caliente” en la renovación del pulso geopolítico entre Moscú, EEUU y Europa. En juego está la estabilidad política y los alcances de una frágil democracia en un país con grandes convulsiones políticas en los últimos años, un aspecto clave para el actual gobierno pro-estadounidense de Mikhail Saakashvilii, y sus pretensiones de ingreso en la OTAN y la Unión Europea.

El Cáucaso post-soviético volvió a ocupar la atención internacional tras el breve conflicto acaecido en agosto de 2008 en las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjazia, ambas enclavadas en territorio georgiano.

La potencialidad de este conflicto dio lugar a una guerra directa entre Rusia y Georgia, tras la invasión militar rusa de ambas regiones ubicadas en el Cáucaso Norte, con fuertes repercusiones negativas para el gobierno pro-occidental de Mikhail Saakahsvilli. Durante esta ofensiva militar, los tanques rusos llegaron a escasos 30 km de Tbilisi, la capital georgiana. Con ello, el aviso militar ruso a Georgia y, por consiguiente, a EEUU, principal aliado de Saakashvilli, fue absolutamente claro: Moscú desea retomar su nivel de influencia y actuación en el espacio euroasiático ex soviético, que va desde Ucrania hasta Kirguizistán.

Este estratégico espacio geográfico ha sido escenario, en los últimos años, de un activo pulso geopolítico entre Rusia y Occidente, principalmente por el control de las rutas energéticas del Mar Caspio, específicamente en petróleo y gas natural. Del mismo modo, este espacio geoestratégico manifestó diversas crisis y convulsiones políticas, como las revoluciones acaecidas en Georgia (2003), Ucrania (2004), Kirguizistán (2005) y Moldavia (2009), en las cuales se evidenciaron los alcances de este pulso ruso-occidental.

Obama y Georgia: ¿un giro copernicano a la “doctrina Bush”?

El final de la presidencia de George W. Bush en enero pasado y la asunción del actual presidente Barack Obama anuncian posibles escenarios de cambio en las relaciones de Washington con Georgia y Rusia. La cumbre ruso-estadounidense de Moscú a principios de julio de 2009 dio lugar a una especie de “reacomodo” geopolítico ruso-estadounidense en el Cáucaso y Asia Central: Obama ansía la cooperación rusa en la nueva estrategia estadounidense en Afganistán mientras Moscú espera una disminución de la presencia estadounidense en el Cáucaso Sur, específicamente Georgia y Azerbaiján.

Este acuerdo en Moscú tendrá consecuencias importantes para Saakashvilli, acosado a principios de 2009 por fuertes protestas en las calles de Tbilisi, probablemente motivadas por la reacción popular a su “aventura” belicista en Osetia y Abjazia, así como por acusaciones de presunto autoritarismo presidencial, corrupción y deficiente manejo de la crisis económica. Sin su irrestricto aliado Bush en la Casa Blanca, Saakashvilli parece intuir una perspectiva diferente por parte de Obama.

Con este panorama, resulta necesario observar cuál es la real estrategia caucásica de Obama, en particular en cuanto al papel de Georgia en la misma. Un gobierno del Partido Demócrata en la Casa Blanca, ahora con Obama liderando un “nuevo rumbo”, tradicionalmente otorga mayores consideraciones a aspectos como los derechos humanos en materia de política exterior. Unas consideraciones propias de la tradición “idealista” en las relaciones internacionales que, normalmente, tienden a manifestar los gobiernos del Partido Demócrata en la Casa Blanca, históricamente cimentadas por el ex presidente demócrata Woodrow Wilson tras el final de la I Guerra Mundial (1914-1918)

Es por ello que llama la atención la benevolencia de Obama a satisfacer los intereses rusos en el Cáucaso con la intención de obtener de Moscú el aval a la estrategia estadounidense en Afganistán. Ambos escenarios pueden jugar un claro revés geopolítico para las intenciones pro-occidentales de Saakashvilii, especialmente en temas sensibles como la ampliación de la OTAN y del escudo antimisiles estadounidense defendido por la anterior administración de Bush.

No obstante, existen factores como el autoritario control ruso en Chechenia (con sus evidentes violaciones de derechos humanos) o bien las tensiones étnicas y políticas en otras latitudes, como las regiones administrativas rusas de Daguestán, Osetia del Norte, Alania, Kabardino-Balkaria, Karachevo-Cherkesia, etc, que pueden constituir escenarios de polarización y confrontación a mediano plazo en la relación entre Rusia y Occidente.

Los dilemas de Saakashvilii

Si el acuerdo en Moscú concertado por Obama con el presidente ruso Dmitri Medveded y el poderoso primer ministro Vladimir Putin se orquesta en aplacar la presencia occidental en el Cáucaso a favor de un reforzamiento de la estrategia de Washington en Afganistán, Saakashvilli tiene claros motivos para preocuparse. Su gobierno sigue contando con altas figuras muy vinculadas a los sectores duros de poder existentes durante la anterior administración de Bush, cuya doctrina se basaba, principalmente, en evitar a toda costa un regreso de la influencia rusa en el espacio ex soviético.

En los últimos años, principalmente después del triunfo de la “Revolución de terciopelo” georgiana en diciembre de 2003, que alejó a este país de la influencia rusa, Georgia ha sido considerada como el “Israel del Cáucaso”. Bush afincó con Saakashvilli una relación tan estrecha y estratégica que levantó las alarmas en Moscú, especialmente cuando Putin era presidente.

La visita de Bush a Tbilisi en el 2007, meses antes de que EEUU y Europa reconocieran la independencia de Kosovo en los Balcanes (abril de 2008) defendiendo la idea de la inclusión georgiana en la OTAN y la Unión Europea, persuadió al Kremlin a actuar con mayor decisión hacia Saakashvilli y a evitar la evidente infiltración de Washington en lo que Moscú considera su “patio trasero”. Con ello, el entonces presidente estadounidense manifestó su intención de apoyar irrestrictamente a Saakashvilii, cuyo gobierno apoyó la guerra de Irak, enviado tropas georgianas en el 2004.

En Tbilisi, Bush elogió a Georgia como el “faro de la libertad” en el Cáucaso, una declaración que provocó una virulenta reacción en Moscú, cuyos problemas de derechos humanos internos y en el Cáucaso son notorios y constantemente difundidos en la opinión pública occidental.

Aunque no existen pruebas concretas que certifiquen esta posibilidad, no sería de extrañar que los operativos militares de Saakashvilii contra las fuerzas separatistas en Osetia del Sur y Abjazia a finales de julio de 2008, tuvieran el aval de la línea dura del gobierno de Bush. El problema para Saakashvilii está interpretado en que jamás esperó una reacción militar por parte de Moscú, poco después de los combates en Osetia del Sur y Abjazia.

Tras la “guerra relámpago” rusa y la proclamación de facto de la independencia de ambas regiones, Saahashvilli perdió un pulso de gran envergadura dentro del tablero geopolítico que Moscú y Washington juegan en el espacio ex soviético. Puede que también, con ello, Saakashvilli perdiera considerables apoyos en el Pentágono, a pesar de la posible y tácita benevolencia de Washington en apoyar la ofensiva georgiana contra Osetia y Abjazia.

Hoy el escenario es distinto. A diferencia de Bush, Obama no defiende con tanta vehemencia la ampliación a Georgia y el Cáucaso del escudo antimisiles estadounidense ni de la OTAN, como tampoco observa a Saakashvilii ni a Georgia como los únicos aliados estratégicos de Washington en el espacio ex soviético.

Tras la reunión entre Obama y Medveded en Moscú, el vicepresidente estadounidense Joseph Biden visitó Georgia y Ucrania, una gira inicialmente concebida para nivelar los imperativos de Washington en la región, con respecto a las aspiraciones rusas. La administración de Obama parece persuadida a analizar que ambos países, Georgia y Ucrania, constituirán escenarios a tomar en cuenta a corto y mediano plazo, dentro de la nueva estrategia que Washington quiere implementar con Moscú. En Tbilisi, Biden no pareció tan efusivo en mostrar un irrestricto apoyo a Saakashvilli, por lo que la visita del vicepresidente estadounidense pareció más enfocada en persuadir al mandatario georgiano a “no irritar” a Moscú.

Del mismo modo, la tendencia “pro-occidental” en este espacio geoestratégico ex soviético podría sufrir alteraciones de consideración en los próximos meses, principalmente ante las elecciones presidenciales en Ucrania, previstas para octubre próximo, que podrían cimentar el triunfo del candidato pro-ruso Viktor Yanukovich.

Si para Moscú la pérdida de Ucrania en 2004 supuso un duro golpe geopolítico, su recuperación en el 2009 con Yanukovich en el poder en Kiev será interpretado como un claro triunfo geopolítico ruso, tanto como una pérdida de grandes consideraciones para EEUU y Europa, por ser Ucrania un espacio estratégico clave: OTAN, escudo antimisiles y paso de oleoductos y gasoductos desde el Mar Caspio.

Igualmente, la crisis económica y la ausencia del apoyo irrestricto de Washington pueden provocar mayor inestabilidad en Georgia, aunada a la manifestación de un considerable descontento popular hacia Saakashvilii que de paso a su caída política y a un gobierno con mayor intención de reacomodar sus relaciones con Moscú. En aras de no encontrar obstáculos en Moscú a su estrategia en Afganistán, Obama podría “pasar por debajo de la mesa” la posibilidad de caída de Saakashvilii.

Midiendo la posible alianza ruso-china

Otro factor que pudo persuadir a Obama a cambiar sustancialmente la estrategia de acoso adoptada en los últimos años por Washington hacia Moscú pudo ser la creciente cooperación ruso-china en Asia Central, particularmente a través de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). Esta cooperación no se limita a aspectos geopolíticos y energéticos sino también de carácter militar.

En mayo de 2009, Moscú y Beijing iniciaron ejercicios militares conjuntos en Tadyikistán, donde participaron varios países centroasiáticos. Una entente ruso-china significaría un claro revés geopolítico para Washington, especialmente en su estrategia centroasiática diseñada en torno a Afganistán y Pakistán, como epicentros de inestabilidad. Una alianza entre Moscú y Beijing tendría así un claro rival geopolítico: EEUU(1).

La “otra guerra”: la energía del Mar Caspio

Existe otra realidad ineludible, que incrementa el pulso ruso-occidental en el Cáucaso: junto a Turquía, país miembro de la OTAN, Georgia se ha convertido en los últimos años “en la única ruta alternativa al sistema de oleoductos y gasoductos de Rusia que transportan hacia Europa el petróleo y el gas natural del Mar Caspio y de Asia Central”(2)

No obstante, es Azerbaiján el país clave en esta estrategia y pulso energético, debido a sus enormes reservas en petróleo y gas natural provenientes del Caspio. Un dato importante de esta estadística es que, en los últimos años, un total de 30 compañías de 15 países han incrementado sus inversiones en este país, entre las que se encuentran compañías rusas, occidentales y chinas(3) La guerra ruso-georgiana de 2008 constituyó, en gran medida, un duro golpe para las pretensiones occidentales de sacar, vía Georgia, el petróleo y el gas natural de la ribera azerí en el Mar Caspio.

Desde 1999, las multinacionales occidentales vienen trabajando una serie de rutas de oleoductos y gasoductos, con Georgia y Turquía como epicentros de distribución. El proyecto más acabado es el oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (TBC), que pasa por las capitales azerí y georgiana al puerto mediterráneo turco de Ceyhan. Es el segundo oleoducto más largo del mundo, llevando petróleo del Mar Caspio a Occidente sin pasar por territorio ruso(4).

Oficialmente inaugurado en 2005, el BTC constituye la piedra angular de esta estrategia energética occidental para evitar el paso de estas rutas por territorio ruso. Este proyecto forma parte de un consorcio entre British Petroleum (BP) y SOCAR, en la que también participan multinacionales como Chevron, ConocoPhillips, Eni-Agip, Hess Corporation, Inpex, Itochu, Total, TPAO y Statoil-Hydro. En el 2007, casi todas las exportaciones de petróleo de Azerbaiján se hicieron a través del BTC, sin contar que la existencia del South Caucasus Pipeline (SCP) también lleva petróleo desde Bakú y Tbilisi hasta la localidad turca de Erzerum.

Con el BTC y el SCP en marcha, en julio de 2009, Europa logró concretar el proyecto Nabucco, que pasará gas natural del Caspio a Europa a través de Turquía y los Balcanes, hasta Austria. Este proyecto espera concretar su finalización en 2014, transportando 30.000 millones de metros cúbicos de gas natural anuales, que pueden ser vitales en el caso de que los cambios geopolíticos en el Cáucaso y, particularmente, en Georgia, puedan manifestar variaciones sustanciales a los intereses europeos.

Todas estas variables apuntan a Saakahsvilli y a Georgia como el epicentro de interés ruso-occidental en el Cáucaso. Pero el escenario de 2009 puede ser sensiblemente diferente al de los últimos años: la administración de Obama no parece tan persuadida a apoyar irrestrictamente a Saakahsvilli, mientras Moscú parece obtener un inédito aval de Washington para propiciar un cambio en su “patio trasero”, con gobiernos no exactamente favorables pero sí menos proclives a constituirse en pro-occidentales a ultranza. Estos dilemas planean como nunca en Tbilisi, sobre la cabeza del propio Saakashvilli.



Baiona (Galicia-España) Agosto de 2009


(1) Dmitry Shlapentokh, “China, Russia and the Risk of Explosion in Central Asia”, Central Asia-Caucasus Institute, http://www.cacianalyst.org/?q=node/5148
(2) Mariano Marzo, “Las rutas del petróleo y gas” en Los Conflictos del Cáucaso. La Vanguardia Dossier, Nº 30, enero/marzo 2009.

(3) Ibid

(4) Ibid

ENTREVISTA A RODRÍGUEZ MADARIAGA

Fuente: periodistadigital.com


Maradiaga: «Yo soy el primero en rechazar el golpe de Estado»
Sábado, 8 de agosto 2009


Encima del rostro de monseñor Óscar Rodríguez Maradiaga han escrito cardemal , "Cardenal golpista" se lee en muchas paredes de la capital hondureña. El cardenal arzobispo de Tegucigalpa está en el ojo del huracán desde que pidió al derrocado Manuel Zelaya que no regresara a Honduras "para evitar un baño de sangre". Salesiano, referente moral de Honduras y figura destacada de la Iglesia hispanoamericana, el cardenal Rodríguez Maradiaga es objeto de críticas y elogios en una Honduras muy polarizada. Lo entrevista Joaquín Ibarz en Tiempo.

El cardenal Rodríguez Madariaga recibe en un modesto cuarto de la parroquia Medalla Milagrosa, de apenas cinco metros cuadrados. No utiliza su despacho oficial por seguridad; le pusieron un petardo tras pedir a Zelaya que no volviera al país. No lleva teléfono móvil "para tener tiempo para pensar y rezar".


¿Le duele que le llamen golpista?

Es natural, soy humano de carne y hueso. Yo entiendo que los que han pintado eso no son hondureños. Está clarísimo. No soy golpista. No me molesta, porque si de Jesús, que era hijo de Dios, le acusaron de todo,

¿Qué no podrán decir de un ser humano?

Es injusto que por cumplir un deber de conciencia me llamen golpista. Yo soy el primero en rechazar el golpe de Estado. Por internet dicen que ando comiendo con los ricos. Otra mentira. Ningún fotógrafo va a las aldeas pobres que visito con frecuencia porque no es noticia. No necesito hacer relaciones públicas.

¿Se siente un líder en Honduras?

Qué voy a ser líder. Ahora dicen que estoy descalificado. Este es un país pobre donde la política ha hecho tanto daño...

En el último cónclave fue uno de los más firmes aspirantes al papado como sucesor de Juan Pablo II. ¿Se ha eliminado como papable con su pronunciamiento crítico con Zelaya?

Uno no debe pensar en su carrera eclesiástica, nunca lo he hecho. Uno debe pensar en la verdad, en el bien.

¿El Vaticano aprobó con anticipación el documento de la Conferencia Episcopal en el que legitimaban al gobierno de facto de Micheletti?

Hemos explicado lo sucedido, no legitimamos a nadie. Hay una cosa muy clara. Recibimos ataques porque no decíamos nada, por no pronunciarnos sobre la situación que vivía Honduras. El presidente del Congreso español, José Bono, preguntó desde Santiago de Chile por qué el cardenal guardaba silencio. Después del 28 la situación era difícil para nosotros, porque la gente decía: "¿Por qué no hablan los obispos?" Y tuvimos que hablar. En el comunicado pusimos énfasis en la búsqueda de la paz. Uno no puede actuar con el hígado, tiene que actuar con la cabeza. No nos pronunciamos antes porque buscamos la información adecuada. En momentos de confusión es difícil encontrar documentos que ayuden a entender la verdad. Hasta el jueves después de la salida de Zelaya no conseguimos los documentos originales. Fuimos a buscarlos todos, todos. Y cuando los tuvimos convocamos una reunión plenaria de la Conferencia Episcopal para redactar el comunicado. Lo suscribieron todos los obispos

¿Inspiró usted el comunicado?

El comunicado no lo hice yo. Todos los obispos decidieron la postura a tomar (el cardenal enseña al periodista las firmas de todos los obispos en la última página del documento de la Conferencia Episcopal). Fuimos todos. Mire, me enteré en Houston de que habían sacado a Zelaya del país. Regresaba de un viaje a Roma cuando me informaron de que el avión a Tegucigalpa saldría con retraso. Pregunté: "¿Hay mal tiempo?" Me contestaron: "No, hay un golpe". Hay quien ha dicho que yo participé en la preparación. Ni siquiera estaba aquí. Y al saber lo sucedido, me sentí triste porque regresábamos a una historia de 20 años de golpes de Estado.

¿Los obispos tomaron partido contra Zelaya, cuando todo el mundo condenaba a los golpistas?

Balanceamos cada palabra del comunicado. Aún así se nos ha malinterpretado en algunos sectores. Para redactar un texto equilibrado trabajamos todo el viernes, hasta la noche. Cuando existe una gran polarización es muy peligrosa cualquier pasión. Hay que ser prudentes. Aún así se nos ha malinterpretado en algunos sectores. Buscamos analizar todo el proceso. Para entender lo sucedido en Honduras hay que conocer todo el proceso, seguir los hechos acontecidos desde el 23 de marzo. Los documentos prueban que las instituciones operaron correctamente y se cumplió la Constitución.

Ustedes los obispos subrayan que el presidente Zelaya violó la Constitución. ¿En qué forma lo hizo?

Ha sido todo un camino de violación sistemática de la Constitución. En los últimos días antes del 28 de junio (fecha en que se produjo el derrocamiento de Zelaya) se produjo una constante violación de leyes por parte del ejecutivo. El presidente Zelaya condujo con una turba el asalto a la base de la Fuerza Aérea, donde guardaban por orden judicial el material para la consulta... Los obispos seguimos todos los pasos posibles para evitar lo que terminó sucediendo. El 11 de junio ya hicimos un comunicado. El presidente Zelaya pidió hablar con el episcopado. Estuvimos tres horas reunidos con él. El encuentro fue muy positivo. Entonces ya le dijimos que no convocara el referéndum que daba vía libre a su reelección porque no era legal, dividía al país y violaba la Constitución. Si lo hacía suponía prácticamente ponerse una soga al cuello. La Constitución dice con mucha claridad que el jefe de Estado que proponga un cambio para poder seguir en la presidencia cesa de inmediato en su cargo. Eso quiere decir que cuando Zelaya fue capturado por el Ejército ya no era presidente de la República. Cesó en el desempeño de su cargo.

¿Zelaya les dijo por qué no aceptaba sus sugerencias?

En el sermón que pronuncié el domingo de Ramos de este año pregunté por qué el presidente tenía tanta prisa en hacer esa consulta. Una semana después, el domingo de Pascua, a las seis de la mañana el presidente y su esposa ya estaban en la iglesia para asistir a la misa que iba a oficiar. Después de la misa me dijo: "Quiero hablar con usted, voy a desayunar con usted en su casa". Estuvimos conversando horas. Estaba molesto porque había dicho por qué tanta prisa. Y le volví a preguntar por qué tanta prisa.

El pueblo hondureño está dividido.

Una de las cosas más dolorosas de todos estos sucesos es el odio de clases que se ha generado en Honduras. En este país no habíamos tenido eso. En la última etapa de gobierno del presidente Zelaya ese odio aparece de forma sistemática. Zelaya tenía asesores de Venezuela, y el odio de clases era la estrategia. Nosotros queremos la paz. Va a ser largo sanar esas heridas si podemos salir de esto. No se puede construir sobre el odio. No se necesita inculcar odio para sacar adelante unas reformas. Lo malo es cuando se quiere meter la ideología del pensamiento único.

¿A qué atribuye el cambio de Zelaya? De presidente conservador pasó de repente a impulsar lo que Chávez llama socialismo del siglo XXI?

Fue Chávez, fue Chávez. Este presidente empezó a hacer cosas muy buenas; la primera, poner en su sitio a las compañías petroleras, que aquí hacían un negocio redondo poniendo cláusulas leoninas para ganar más. Trabajé en una comisión, y logramos que el presidente Zelaya, con una gran firmeza, lograra que las multinacionales no cometieran tantos abusos. Cuando Chávez vino aquí en agosto pasado, yo estaba en Costa Rica, en una conferencia con la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Cuando regresé, encontré a este pueblo herido, golpeado, por las palabras de Chávez. Desde entonces (20 de agosto) a diciembre del año pasado el presidente Zelaya no se comunicó conmigo.

Hugo Chávez le insulta con frecuencia.


El presidente de Venezuela me llamó loro del imperio y payaso vestido de cardenal. Los insultos que me dirigió es lo de menos. Lo peor fue lo que le dijo al pueblo hondureño. Afirmó que quien no estaba con la alianza bolivariana (Alba) era un vendepatrias o un idiota. Estas palabras de Chávez merecieron los aplausos del presidente Zelaya, de la ministra de Exteriores Patricia Rodas y de otros altos funcionarios. Le hablamos al presidente sobre el peligro que suponía la intromisión de Chávez. Zelaya nos comentó: "Yo no soy chavista., pero a mí me sirve el dinero de Chávez. Así dijo. El presidente de Venezuela buscaba controlar Honduras a través del continuismo del mandato de Zelaya.

¿Por qué Chávez se mete tanto con usted?

Yo estaba en El Salvador con todo el personal de Caritas. Les daba una charla sobre la doctrina social de la Iglesia. Había como 600 personas. Alguien me pregunta qué pasa con los dictadores. Yo dije que los dictadores se vuelven ciegos, sordos y que sólo oyen lo que quieren oír. Yo no sabía que quien me preguntaba era un periodista. Y al día siguiente en un periódico de la extrema derecha destacan que el cardenal dice que Chávez es ciego, sordo y que se cree un dios. Yo no lo dije. Pero una vez estuvo en la prensa ya no había manera de pararlo. Loro del imperio no soy. Yo estuve fichado por el imperio por subversivo, me lo dijo el presidente Bush padre. Cuando yo estaba de secretario general del CELAM, pedimos una audiencia con el presidente Bush, que la gestionó la Conferencia Episcopal de EE.UU. El presidente del CELAM era el cardenal Darío Castrillón. Bush nos dio la audiencia. Como excepción. Nuestra gestión era denunciar todas las barbaridades que estaba cometiendo en Panamá el general Noriega. También comentamos las trabas que ponían en Cuba a la entrada de medicamentos que enviaba el cardenal de Boston. Fidel decía que no permitía que la Iglesia los donara, que tenía que distribuirlos el Estado. Le hablamos clarito a Bush. Al referirnos a Cuba comentamos un montón de cosas. De pronto nos dijo que la charla se había acabado. Y se quejó a La Conferencia Norteamericana por haberle llevado obispos de izquierda, subversivos.

¿Hasta qué punto golpeará a Honduras el bloqueo político y económico?

El bloqueo a Honduras va a causar mucho daño a los ricos, pero también a los pobres. El bloqueo ya empezó el año pasado. Los fondos de ayuda del FMI no llegaron el año pasado porque el presidente Zelaya ni presentó el presupuesto. Por ello, en este año no íbamos a tener fondos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo. El gobierno de Zelaya se ha sostenido con el dinero de Hugo Chávez. Y ahí está.

¿Ve factible el regreso de Zelaya al poder?

En este momento no. Para pacificar al país sería más prudente y más patriótico que renunciara a regresar de inmediato. La polarización es muy grande, hay armas en manos civiles. Chávez dijo que si hay que hacer un Vietnam lo hacemos, si hay que hacer dos, lo hacemos, si hay que hacer tres lo hacemos.

¿Por qué criticaron tanto el referéndum de Zelaya que buscaba dar vía libre a una nueva Constitución?

Porque no era constitucional, dividía al país y estaba inspirada por Hugo Chávez. El presidente Zelaya destinaba mucho dinero a la campaña por la cuarta urna (referéndum constitucional). ¿Para qué tanto dinero para una encuesta? Porque era dinero para comprar votos. Las cámaras del Banco Central de Honduras (BCH) filmaron, con fecha, día y hora, cómo empleados del Gobierno retiran 40 millones de lempiras en efectivo (más de dos millones de dólares). ¿Desde cuándo los gobiernos trabajan con dinero en efectivo? Trabajan con cheques. Era dinero para comprar votos. En la habitación de un hotel de Choluteca en el que se hospedaba la ex directora de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, ENEE, Rixi Moncada, encontraron 250,000 lempiras. La serie de esos billetes coincide con el dinero que retiraron del BCH. Con la compañía quebrada, la señora Moncada iba comprando votos. Utilizaba esos fondos como dinero de bolsillo. Eso ha suscitado un rechazo tremendo en el país. Mientras existía esa corrupción, la señora Moncada nos cobraba sobretasa de energía eléctrica por petróleo. No se puede tapar el sol con el dedo. Había una corrupción galopante para lograr que se aprobara el referéndum. Mientras tanto, las víctimas del terremoto, con más de mil casas destruidas, de la gente más pobre, quedaron sin techo. No ha habido un centavo del Gobierno para las víctimas del terremoto. Pero sí lo había para comprar votos y pagar dinero a diestra y siniestra para el proyecto. Eso no es justicia. ¿Con qué boca se puede pedir que regrese quien ha saqueado al Estado tan impunemente?

¿Le ha dolido que España retirara a su embajador en Honduras?

Lo que ha pasado es que no había información adecuada. Es normal. Quizá debería haberse informado mejor antes de pronunciarse. No tenía información adecuada. No me duele la posición española porque ya he hablado con Bono y Moratinos. Soy amigo de Bono, me ha llamado varias veces. Bono y Moratinos me han dicho que comprenden la situación. Yo soy el primero en rechazar el golpe de Estado. Lo que ven desde el exterior es a un presidente sacado de su casa por los militares y expulsado a Costa Rica. La Constitución dice que ningún hondureño podrá ser expatriado o entregado a un Estado extranjero. Todos merecemos una explicación de lo acaecido el 28 de junio. No podemos aceptar eso. Quizá ahora estaría aún más condenado si el 29 me hubiera pronunciado.


¿Cómo juzga el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la crisis hondureña?


La actuación de la OEA en esta crisis representa una página triste. Al secretario general Insulza lo conozco desde hace tiempo, nos hemos llevado como amigos. Siendo yo presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM, de 1995 a 1999) tuvimos en Santiago de Chile un seminario. Como ministro de Exteriores de Chile, Insulza nos apoyó en esa reunión. Desde entonces lo conozco. Cuando vino a Tegucigalpa después de la salida de Zelaya conmigo se portó como un caballero. Yo le presenté todos los documentos e informes. Le entregué toda la documentación. Ni se molestaron en leerla. Apenas hace unos cuantos meses, Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Raúl Castro dijeron que la OEA es un organismo que no sirve para nada. Chávez dijo que "Insulza es un pendejo". Así lo dijo. Es la doble moral de la OEA.

¿En qué se equivocaron los que detuvieron a Zelaya?

En mandarlo a Costa Rica. Pero hay una explicación de un jurídico militar. La gente de Zelaya asaltó una base aérea. ¿Dónde habrían podido mantener preso a Zelaya? Las islas que tenemos son muy turísticas. Y eso habría representado una violación de todos los derechos humanos.

Usted dio clases a Zelaya. Nos dicen que intentó convencerlo para que entrara al seminario.

Zelaya tenía vocación para el sacerdocio. Yo le di clases cuando tenía 14 años. Si me hubiera quedado aquí quizá hoy sería sacerdote. Era un chico limpio, muy bueno. Nosotros éramos maestrillos. En nuestra formación, entre la filosofía y la teología, los salesianos tenemos tres años de magisterio que llamamos maestrillo. Y nos mandaban a los distintos colegios de la provincia. Yo estuve un año aquí. Y conservamos la amistad desde entonces. Ha sido buen amigo.

Chávez dirigió desde Caracas el frustrado retorno a Honduras de Zelaya, que produjo un muerto ¿Cree que el presidente venezolano buscaba provocar una masacre?

Sí, sí, sí. En una manifestación ordenada y dirigida desde Honduras no hubieran ido a derrumbar las cercas del aeropuerto. Ese aeropuerto ya es de los más peligrosos en un aterrizaje normal.


¿Qué salida ve a la crisis? Todo el mundo presiona para el regreso de Zelaya.


En este momento no sabría decirle. Se habla de adelantar las elecciones.

¿Podría ser una solución que Zelaya regresara a la presidencia, pero no al poder?

¿Cómo haríamos para que surja ese personaje químicamente puro? Es imposible.

¿Y si renuncian Zelaya y Micheletti?

¿Y entonces quién asume?

Usted.

Ni como hipótesis se puede plantear.

¿Acabará como mediador?

Como me tienen fichado como golpista no me van a invitar.